Miles de estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) acudieron a las urnas los días 27 y 29 de septiembre para elegir a sus nuevos representantes en los comités estudiantiles y renovar parte del Consejo General Universitario. Esta jornada electoral, desarrollada bajo nuevas reglas y con una supervisión inédita, marca el cierre del proceso 2025-2026.
La Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) es la principal institución pública de educación superior en el estado de Nayarit. El Consejo General Universitario es el máximo órgano de gobierno de la universidad, compuesto por autoridades, académicos y estudiantes. La Federación de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Nayarit (FEUAN) es el principal organismo estudiantil de la institución.
Las votaciones de este año fueron resultado de una intensa movilización estudiantil ocurrida semanas atrás. Lo que comenzó como una protesta contra prácticas consideradas antidemocráticas dentro de la Federación de Estudiantes (FEUAN) derivó en reformas profundas a la convocatoria electoral, incluyendo la incorporación de organismos externos como observadores.
El conflicto surgió cuando estudiantes bloquearon los accesos a Rectoría y a la Secretaría General, denunciando simulación, acoso y violencia política en la elección de comités estudiantiles. Las acusaciones señalaron directamente a la FEUAN, encabezada por la líder estudiantil Valeria de León, por supuestamente operar como un brazo político de la administración central. Aunque la rectora Norma Liliana Galván Meza negó injerencia, solicitó garantizar elecciones “justas y equitativas”.
Tras varios días de protestas y un plantón en el campus, el estudiantado consiguió la modificación de la convocatoria para renovar el Consejo General Universitario 2025-2026. Se formó un Comité Electoral Central con representación institucional y se permitió la participación de observadores externos del Instituto Estatal Electoral de Nayarit (IEEN), el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Nayarit (ITAI), la Comisión de Derechos Humanos, la Secretaría de Honestidad y el Colegio de Notarios.
Entre los cambios más relevantes en la normativa se encuentran la prohibición de financiamiento externo a las planillas, la validación del proceso mediante voto universal, directo y secreto, sanciones por campaña anticipada, equilibrio de género en las fórmulas y el derecho de impugnación. Cada unidad académica organizó su propia comisión electoral local, en coordinación con el Comité Electoral Central.
Estas modificaciones, publicadas mediante una adenda en la Gaceta Universitaria, la publicación oficial de la universidad, sentaron las bases para el proceso que concluyó. El IEEN consideró este momento como una oportunidad histórica para acercar a las juventudes a la vida democrática.
El proceso se llevó a cabo en dos fases. La primera se realizó el pasado 27 de septiembre, dirigida a estudiantes de programas con modalidad mixta semiescolarizada y escolarizada en fin de semana. La segunda etapa, enfocada en estudiantes de programas escolarizados tradicionales, se desarrolló el pasado lunes 29 de septiembre. La comunidad estudiantil ha respondido de forma activa, generando una participación superior a la de años anteriores, de acuerdo con reportes preliminares de las comisiones locales.
En el caso de la Unidad Académica del Norte del Estado de Nayarit, se autorizó una extensión del proceso. Las planillas presentaron sus propuestas el lunes 29, y la votación para programas escolarizados se llevará a cabo el martes 30 de septiembre.
Esta elección simboliza la puesta en marcha de un nuevo marco electoral en la UAN, fruto directo de la organización y exigencia del estudiantado. La incorporación de observadores externos, la implementación de mecanismos de transparencia y la apertura a una participación más amplia sientan un precedente histórico en la vida democrática universitaria. Al momento de redactar esta nota, la jornada electoral aún se encontraba en curso, con las urnas abiertas y estudiantes ejerciendo su derecho al voto. La comunidad universitaria se mantenía atenta al desarrollo del proceso, falta el escrutinio y la publicación de los resultados, reafirmando así su compromiso con una representación legítima y participativa.