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jueves, octubre 2, 2025
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Fundación del Tecnológico de Tepic: una saga popular

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Con reconocimiento, a la memoria del periodista de investigación Martín Sánchez, hijo del querido profesor Arturo Sánchez, uno de los más conspicuos fundadores del Tec de Tepic.

El Tecnológico de Tepic es una institución educativa que se fundó en Tepic, hace medio siglo, como producto de una lucha popular. No se trata de un centro de estudios que haya sido creado por decreto desde la cima del poder. Fueron estudiantes, maestros y directivos con apoyo social, los que lograron convencer a un Presidente, Luis Echeverría Álvarez, de construir una institución educativa que hoy se conoce como Tecnológico Nacional (sede Tepic). Originalmente esa institución fue denominada Instituto Tecnológico Regional de Tepic.

Destacaría nombres a los que se debe reconocer esfuerzo, talento y altura de miras. Uno de esos nombres es el de quien fuera Director del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos número 84 (Cecyt 84), el ingeniero J. Guadalupe Lara Pérez. También debe mencionarse el nombre de Guadalupe Peña Gómez, entonces dirigente de los estudiantes del citado centro escolar.

El querido Lara Pérez fue causa de un movimiento de huelga que promovieron estudiantes cuando desde la Ciudad de México (entonces Distrito Federal) se decidió enviar a otro director al entonces ITR de Tepic. Esa es la primera vez, y creo que la única ocasión en la que se realiza una huelga para que un funcionario permanezca en su cargo, en este caso, Lara Pérez como director del ITR-Tepic. El movimiento de huelga solamente se desistió por solicitud de él mismo, quien fue figura de liderazgo que no perdía piso ni perdía el sentido de la disciplina institucional.

Por su parte, Peña Gómez sale del Tec sin concluir estudios para inscribirse en la Escuela Normal Urbana, donde concluye estudios y crea la Marcha Normalista Campesina, inspirada en la Jornada Estudiantil Campesina (JoEsCa) que Lara Pérez había creado en el Tec de Tepic. Años más tarde, Peña Gómez funda algunas colonias, como la “Sandino”, dirige un partido (el Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional –PFCRN–) y asume una diputación local en la XXIII Legislatura –que fue encabezada por el doctor Lucas Vallarta de gratos recuerdos–.

Entre el profesorado al que se le debe reconocer su participación distinguida, están los nombres de Arturo Sánchez, Carlos Ruiz, Yolanda Mericia y Cecilia Guzmán, entre otros. Nombres que deben mencionarse por el lado de los estudiantes, están los de Emiliano Tello, Víctor Carlos Montoya, Héctor Acero e Isabel Magallanes, entre otros más.

El apoyo social provino principalmente de padres de familia, quienes en ningún momento titubearon para mostrar su apoyo moral y material a los estudiantes y maestros. En algunas ocasiones ese apoyo provino de comerciantes, de particulares que vieron con simpatía a los estudiantes y maestros comprometidos con una causa no solamente justa, sino una causa noble.

Cabe mencionar, como parte de la descripción contextual, que los tecnológicos en México, fueron creados como una respuesta a las necesidades de las entidades federativas, de personal altamente calificado en el ramo técnico. Los Tec’s fueron concebidos como instituciones educativas con pertinencia educativa regional. De ahí la denominación original de los Tec’s en México: “Instituto Tecnológico Regional” de “X” entidad o ciudad del país.

Hay una historia no contada a cabalidad. Se trata de la historia de la fundación  del Tec de Tepic. Esa historia en parte se ha convertido en leyenda con el paso del tiempo. No obstante, existen algunos elementos que deben citarse. Así, no necesariamente para revivir lo que ya se coló en la historia de la educación de Nayarit, sino para dejar constancia de lo hecho y de aquello que no se aprovechó en todo su potencial y que ahora no ha tenido la atención ni el reconocimiento que merece.

Con el lema, “Regresar al pueblo parte de lo que ha invertido en nosotros”, se creó la Jornada Estudiantil Campesina (Joesca). La Joesca fue concebida como una actividad dirigida por directivos y profesores del incipiente Tec de Tepic. Tenía como propósito llevar actividades de alfabetización a zonas de fuerte presencia campesina. Los estudiantes eran los que llevaban las letras y el conocimiento básico a la zona rural y a esa actividad alfabetizadora se le daba un valor curricular como Servicio Social. La Joesca desaparece pocos años después de fundarse el centro de estudios más importante en el campo de la tecnología.

Otra aportación de la mayor importancia, que no tuvo la valoración que se merecía, fue la creación de la Escuela Secundaria del Estudiante Técnico (ESET). Este sub centro de estudios, dependiente del mismo Tec de Tepic, tenía también un doble propósito. Uno de sus objetivos consistía en que los estudiantes de vocacional o del nivel profesional, tuvieran un ámbito para realizar su servicio social. El segundo objetivo partía de una concepción “social” del Servicio “Social”. El servicio social que el alumnado realizaba en funciones de profesor, para lo que, ciertamente, no estaba acreditado el estudiante de nivel medio superior o superior, lo que se resolvía con evaluaciones a los alumnos de la ESET, aplicados por personal que portaba las credenciales adecuadas para ello.

Tanto la ESET como la Joesca, fueron excelentes propuestas para enriquecer la vida educativa y cultural en el estado, tanto en el medio rural como en el medio urbano. Es una pena que hayan desaparecido esas propuestas del panorama educativo del estado, nacidas en el Tec de Tepic. Actualmente podrían salir del mismo Tec de Tepic, otras propuestas que servirían para conectar socialmente a ese centro educativo, con su entorno social. Ignoro y quiero mantenerme así, si existe voluntad, vocación o idea de lo que significa compromiso social, como el que representaron en su momento, tanto la Joesca como la ESET.

La fundación del Tec de Tepic, así, puede considerarse como producto de una lucha social de gran relevancia y significación. La fundación del Tec es la parte más creativa y festiva que marcó los tiempos en los que se gestó esa lucha.

¿Cuántas veces se atravesaron los estudiantes a presidentes de la República, para reclamar la construcción de aulas, de canchas de laboratorios? ¿Cuántas veces hemos visto ese tipo de rebeldía? ¿Cuántas anécdotas pueden contarse por boca de los protagonistas de esa hazaña educativa? Los que aquí hay, son personajes de carne y hueso a los que no se ha reconocido su contribución a la historia de Nayarit. Es triste lo poco que se saben agradecer las contribuciones de quienes vieron el mundo como una oportunidad para dar, no para agarrar.

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