Fernando Valenzuela empezó su carrera profesional en Tepic. Sí: Tepic, Nayarit; no en la Liga del Pacífico ni en la Liga Mexicana. ¿Quién lo hubiera dicho?
Lo firmó Martín Lizárraga, dueño de los Cafeteros de Tepic, en la Liga Invernal del Noroeste. O sea: contrato profesional más playa cerca.
El veterano cronista Roberto Zazueta asegura que vio ese contrato enmarcado en la casa de Lizárraga. La cronista deportiva Conchita Bravo, quien trabajaba en aquellos años en las oficinas de la liga, recuerda: “A mí me tocó ver, aquí en estas oficinas, el contrato de Valenzuela… ¿pero, quién iba a pensar a dónde llegaría?”
Fernando pasó por la liga en 1976 sin debutar. Su presentación profesional fue en el estadio Gilberto Flores Muñoz, de Compostela, Nayarit, en el año 1977: Pureros de Compostela vs. Cafeteros de Tepic.

Valenzuela entró como relevista y, detrás del plato, lo recibió Pedro Hernández, ex receptor profesional que hoy vive en Tepic. Ese boxscore lo guardó el cronista deportivo de Compostela, Jesús Valdés Pérez, como una reliquia. Un santo grial del beisbol.
Martín Lizárraga decía que Fernando lanzó dos entradas en el estadio municipal de Tepic. Ese estadio que derrumbaron. Y fue ahí que Mike Brito, el cazatalentos de los Dodgers, lo vio por lanzar por primera vez. Dos entradas y la historia empezaron a moverse.
Y aquí viene lo sabroso: también se cuenta que Fernando Valenzuela jugó en la Liga Camaronera. Sí, esa donde la pasión es tanta que la gente se coopera para pagarle al pitcher… además de mariscos, pescado, tamales de camarón y unas cervecitas.
La historia del béisbol en Nayarit es larga, y muchos nombres quedan en anécdotas. Pero a Fernando Valenzuela lo distingue algo distinto: un comienzo humilde y un momento que cambió su destino. Dos entradas.
En Nayarit las historias se cuecen a fuego lento: con sol, mar y manos que no olvidan. Fernando sólo estuvo un año en Tepic, pero se quedó en la memoria de los fanáticos: toda la vida. ¡Amén!!!