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miércoles, octubre 15, 2025
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Seminaristas vs. Mineros: el partido que encendió la chispa beisbolera de Tuxpan

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Un juego entre la pala y la sotana dio origen a una tradición centenaria que aún resuena en el corazón beisbolero de Nayarit

Dicen que el primer juego de béisbol en Tuxpan, Nayarit, fue en 1917… El mismo año en que el pueblo se convirtió en municipio. Coincidencia o simple buen gusto por las inauguraciones: ahora tenían alcalde… y beisbol.

Según el cronista deportivo Gastón Herena Mora, esta historia se conoce gracias a don Carlos Jiménez Zavalza, un hombre que vivió cien años, pero que en ese entonces era solo un niño de siete, y contaba la historia como quien recuerda un olor, una canción, o el primer amor beisbolero.

Los equipos fueron toda una rareza: seminaristas contra mineros.

Sí, seminaristas con la Biblia bajo el brazo y, sorpresa, una pelota escondida bajo la sotana. Muchos venían del centro del país a predicar la palabra de Dios… amén.

Mientras tanto, en el poblado de Minitas, municipio de Rosamorada, operaba la mina El Frontal, donde trabajaban técnicos norteamericanos. Cada domingo bajaban a Tuxpan por provisiones, sin saber que ahí se cruzarían los caminos de la pala y la sotana.

Los mineros: sudados, empolvados, con las manos llenas de callos. Los seminaristas: pulcros, con olor a tinta de catecismo. Se vieron… y dijeron: “¿Juguemos beisbol?”

Limpiaron un terreno, trazaron un diamante improvisado, en una parcela, conocida hoy como de la familia Piña, y jugaron como si el mundo se fuera a acabar, al caer el último out. Amén.

Si preguntas quién ganó, la historia te sonreirá y te dirá que lo olvidó. Pero si cierras los ojos, todavía se oye el eco de un batazo, y el murmullo de una misa del templo de San Miguel Arcángel con sabor a pelota.

Así nació el beisbol en Tuxpan: entre seminaristas y mineros, entre fe y sudor, entre historia y leyenda. Y qué orgullo saber que de esas mismas tierras salió Víctor Aarón González, el tuxpeño que llevó el nombre de Nayarit hasta una Serie Mundial con los Dodgers de Los Ángeles.

Porque en Tuxpan, no solo se juega béisbol… se sueña en grande.

Fuente: Cronista Deportivo, Gastón Herena Mora

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