¿Alguna vez conocieron a alguien cuya voz suena como si hubiera fumado tres novelas y tomado dos amaneceres? Ese es Juan Contreras Vargas , su nombre artístico: Lino Luján.
Nació en Barranca del Oro, municipio de Amatlán de Cañas, Nayarit, el 17 de marzo de 1938, antes de que el mundo tuviera redes sociales, y ya cantaba en festivales escolares como si aquel micrófono transmitiera en vivo los sentimientos de todo el pueblo.
Creció entre historias de minas y ranchos. De niño cantaba en la escuela, y la gente pensaba: “Este chamaco sí tiene con qué”. Y no era puro talento: era necesidad. Porque cuando la economía aprieta, la canción es cobija.
A finales de los cincuenta la familia se mudó: primero a El Cuarenteño, municipio de Xalisco; después a La Palma, municipio de San Blas. Y justo ahí, se dice, se cuenta, se rumora, ganó un concurso de canto en la iglesia, premiado por el señor cura.


Después participó en concursos en Tepic, organizados por una radio local, cuyo premio era grabar un sencillo en un disco de vinil. Acumuló tantas medallas que parecía más atleta que cantante.
Antes de 1970 se fue a Ciudad Obregón y entró al ejército… ¡como cantante del mariachi militar! Imagínenlo: soldados con botas brillantes y Lino afinando la garganta para la patria.
Allí, entre desfiles, grabó sus primeras canciones en Mazatlán con la compañía de discos Tambora. Así nació Lino Luján, porque “Juan Contreras Vargas” sonaba más a nombre de padrino en una boda.
La Cantinera fue su boleto: llegó a las sobremesas, a los corazones rotos, a las peleas que terminaban en abrazo.
De Clave 7 a El Corrido del Melón, hasta Todas las Cantinas, su repertorio cuenta la vida de la gente común: amores, pérdidas y broncas que a veces terminan en balazos.
Hoy vive en Tijuana, pero su canto sigue viajando a Barranca del Oro, a Tepic, a las mesas donde nuestras familias se reconocen. Lino Luján no sólo canta: nos recuerda quiénes fuimos y por qué seguimos cantando en cantinas, fiestas y demás jolgorios.
Fuente: Mario Zepeda, cronista de Barranca del Oro, Amatlán de Cañas, Nayarit.