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lunes, noviembre 3, 2025

Innovar o estancarse

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La lección del Nobel 2025 para México. El papel de México y Nayarit, según una opinión especializada

ESTAMOS DE ACUERDO CON ESTA OPINIÓN

El otorgamiento del Premio Nobel de Economía 2025 a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt ofrece una enseñanza de enorme relevancia para los países en desarrollo: el progreso depende de la disposición a cambiar. Lejos de ser un reconocimiento meramente teórico, este Nobel sintetiza décadas de investigación sobre una pregunta tan simple como decisiva: ¿por qué unas economías crecen y otras no? De acuerdo con el doctor Abel Ortiz Prado, la respuesta, coinciden los galardonados, está en la innovación. Pero no cualquier innovación, sino aquella que se sostiene a lo largo del tiempo, que desafía el statu quo y que se convierte en cultura institucional. La innovación, en suma, es el puente entre el conocimiento y el crecimiento sostenido.

OPINIONES CIENTÍFICAS

En su investigación,  el economista Joel Mokyr demostró que las sociedades que lograron progreso sostenido fueron aquellas que generaron un entorno favorable al cambio tecnológico, es decir, instituciones, educación y cultura que premiaban la experimentación. Por su parte, Aghion y Howitt, siguiendo las ideas de Joseph Schumpeter, desarrollaron el concepto de destrucción creativa como fuente del crecimiento sostenido: cada avance tecnológico destruye una parte del pasado —industrias, empleos, estructuras—, pero abre nuevas oportunidades. El mensaje es claro: las economías que prosperan son las que no temen reemplazar lo viejo por lo nuevo. La resistencia al cambio, por el contrario, condena al estancamiento.

LAS OPCIONES PARA NUESTRO PAÍS

En México, la evidencia es contundente: la inversión en innovación es insuficiente a pesar de que la Ley de Asociaciones Público-Privadas autoriza el financiamiento de proyectos de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación a través de esta figura, ante la insuficiencia de los recursos fiscales y no la hemos aprovechado. De acuerdo con datos del IMCO, México tendría que aumentar nueve veces su inversión en investigación y desarrollo para alcanzar el promedio global. Este dato es muy ilustrativo para dimensionar que la extinción de los Fideicomisos de los Fondos Mixtos CONACYT-Estados va en dirección contraria a la tendencia mundial. Estos fondos permitían potencializar los escasos recursos federales al sumar aportaciones estatales e incluso municipales, propiciando la confluencia de los gobiernos locales, centros de investigación, universidades y empresas para tejer auténticos ecosistemas integrales de innovación.

PROYECTOS Y MÁS PROYECTOS

Para que el Plan México logre su objetivo de posicionar al país en el top ten del desarrollo económico, es fundamental retomar la innovación como eje transversal. En línea con lo anterior, el IMCO propone dos ejes fundamentales con líneas de acción específicas: Primero: Fomentar la colaboración entre actores para la transferencia de conocimiento y tecnología, creando redes entre universidades, centros de investigación, empresas y gobiernos locales y alineando la investigación con los sectores estratégicos regionales. Segundo: Impulsar la transformación digital mediante la adopción de tecnologías de la industria 4.0 (inteligencia artificial, big data, internet de las cosas) identificando sectores con mayor potencial y desarrollar hojas de ruta de transición tecnológica, así como establecer centros de investigación y asesoría alineados a las necesidades productivas locales. Con la actual inversión que México destina para innovación apenas se registran 1.5 patentes por cada 100 mil personas económicamente activas, una cifra muy por debajo de los estándares internacionales.

LA REGIONALIZACIÓN BIEN ANALIZADA

En este escenario las disparidades regionales son notables: estados como Jalisco, Colima, Guanajuato y Aguascalientes se posicionan muy por encima del promedio nacional, mientras que 21 entidades federativas se encuentran por debajo. El caso particular del estado de Nayarit ilustra una paradoja recurrente en México. A pesar de contar con un Parque del Conocimiento conformado por varios centros de investigación científica y tecnológica de alto nivel, es el único estado que en el último año no registra patentes. Este dato revela un problema estructural: la falta de vinculación efectiva entre la academia y el sector productivo. La investigación se queda en el laboratorio, sin traducirse en aplicaciones tecnológicas, modelos de negocio o innovaciones patentables. El reto para los gobiernos locales es construir puentes entre el conocimiento y el mercado, entre la ciencia y la economía. En el caso de Nayarit el desafío es claro: pasar de la investigación a la invención, de la ciencia a la innovación, con una ventaja comparativa relevante. A pesar de los cambios a nivel federal, la normativa local mantiene vigente el Fondo Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación fondeado con asignaciones anuales del Presupuesto de Egresos del Estado y de los gobiernos municipales. Con esta concurrencia, el conocimiento puede convertirse en motor de desarrollo y no en promesa incumplida. Si México aspira a un crecimiento económico sostenido, debe abandonar el pensamiento de corto plazo y construir un ecosistema donde innovar sea posible, rentable y deseable.

Interesantes opiniones del doctor Abel Ortiz Prado,  aborpra@hotmail.com. Académico y consultor, quien agrega que piensa en México con argumentos, no con consignas.

VEREMOS Y DIREMOS.

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