
Antier sábado se realizó un evento al que llaman “masivo”, en el viejo Club de Leones, este casino que data de hace quizá más de 50 años ubicado en las inmediaciones de las colonias Versalles y San Juan, un casino que antes de que entraran en acción los modernos casinos de Tepic, como la Quinta Nena y el María Magdalena o el gigantesco salón de eventos del hotel Nekkie, fue testigo de los grande sucesos no sólo artísticos, sino también políticos, y que era el lugar en donde se celebraban también los grandes eventos sociales.
Pero bueno, esto es sólo un recuerdo de lo que hoy queda, y es que repito que el pasado sábado en el Club de Leones, se realizó un evento en donde se vendían bebidas embriagantes a la concurrencia, y esto no hubiera sido ningún problema, pues los depósitos ubicados a lo largo y ancho de todo Tepic, venden alcohol a quien pueda y quiera comprarlo, peeeeero, siempre y cuando no sea un menor de edad, porque esto está tipificado como un delito entre ellos el de corrupción de menores.
Así que en la fiesta que se realizaba en el Club de Leones, se vendía alcohol a quien lo solicitaba, eso da a entender la nota informativa publicada entre otros medios, en NayaritNoticias.com.
El asunto querido amigos y amigas, es que, en el lugar ya citado, había medio millar de menores de edad, no me queda claro si estos 500 menores de edad, no todos adolescentes hay que aclararlo, iban acompañados por sus papás, ya que, en el Club de Leones citado, había también 500 adultos.
Claro, la obviedad me hace pensar que no eran padres e hijos, pues sería muy curioso que 500 adultos llevasen cada uno a un hijo, haciendo así el número de 500 adultos y 500 menores, por lo que deduzco que estos muchachos menores de edad, eran asistente al evento o festejo que se celebraba en el ya multicitado club.
El problema inicia cuando algunos vecinos ven que en el festejo multicitado se estaba vendiendo alcohol, y para colmo de males, se vendía el alcohol en forma indiscriminada, esto es, a todo el que tuviera dinero y quisiera echarse un trago, lo que intuía que el consumo de bebidas embriagantes era parejo, tanto los adultos como los menores de edad.
Entonces una alma caritativa, de esas almas que siempre están dispuestas a hacer el bien, habló a la policía capitalina, a la policía municipal pues, para denunciar el hecho, lo que siguió fue que llegaron los municipales, acompañados de personal del Departamento de Funcionamiento de Negocios y ahí empezó el escándalo, los municipales hasta eso se portaron con mucha educación y en cierto modo con tolerancia, pues en lugar de utilizar su autoridad en forma autoritaria, como su nombre lo indica, procedieron a agrupar a los menores y pedirles que llamaran a sus padres para entregárselos, esto para proteger a los muchachos de posible consumo de alcohol.
Eso sí, en ese momento se acabó la fiesta para todos, aparte de la terminación del evento debido como ya lo dije a que se exponía a los muchachos a consumir alcohol, también el Club de Leones, fue clausurado, por el departamento de funcionamiento de negocios, por lo que tendrá que pagar una multa por este incidente.
El comentario es queridos amigos y amigas, que tantas campañas que a nivel local y nacional, se hacen para desestimular a los menores de edad, tanto hombres como mujeres de que le entren al consumo de alcohol, tanta promoción a que jueguen algún deporte, se reúnan con amigos para pasar un buen rato en algún juego, tantos anuncios promocionales para alertar no solo a los menores de edad, sino a la población en general de los daños que hace el consumo de alcohol, y los estragos del alcoholismo principalmente en jóvenes inexpertos, y los organizadores de eventos, se la rifan, o sea se arriesgan, promoviendo o realizando fiestas en donde se incita a la juventud a entrarle al alcohol.
No digo que estos menores de edad que le entran a tomarse una cerveza, un trago de tequila, un brandi, o cualquier otra bebida espirituosa, vayan a ser alcohólicos en el futuro, pero si puedo decirles que incitarlos y proveerles de alcohol a temprana edad, puede ser un detonante en muchos d estos menores, para seguirle de frente en la bebida.
Algunos critican el actuar de las autoridades, de la policía municipal, del ayuntamiento en sus funciones de vigilar que la prohibición de vender bebidas alcohólicas a menores, se cumpla, pero la verdad de esto, es que están cumpliendo con sus funciones, y además realizan esta labor de vigilancia y sanción, para desalentar a los que promueven el inicio en este vicio, y que finalmente ellos, no batallarán con los alcohólicos, ni con sus enfermedades, ni con sus desastres futuros…hasta mañana



