
En una dramática y eterna serie de penales, el Toluca se consagró campeón del futbol mexicano, anoche en la capital del Estado de México.
El uruguayo Pereira cometió el error de hacer una falta muy cerca de la raya del área grande. Cobró Gignac con un tiro rasante que desvió de manera fortuita el también charrúa Gorriarán para mandar el esférico al fondo de la cabaña defendida por Luis García, que tomó el lugar de Hugo González, tras el error en el juego de ida cuando regaló el balón en el único tanto felino.
El acoso del Toluca fue incesante durante toda la primera mitad. El campeón defensor dominó totalmente las acciones y logró empatar a través de un extraordinario zurdazo de Helinho, que superó la estirada del guardameta Nahuel Guzmán.
En el segundo tiempo, Tigres logró equilibrar tras el gol de Paulinho, que puso a los rojos en ventaja en el marcador. El desgaste fue tremendo y los tiempos extra empezaron sin Gignac, Paulinho, Castro y Helinho.
Para entonces, ya había ingresado al terreno de juego Alexis Vega, que se encontraba lesionado desde el 26 de octubre. Casi dos meses de desesperante inactividad.
Y fue precisamente Alexis, después de los extenuantes tiempos extra y la trepidante serie de penales acertados y fallados, quien cobró impecablemente la pena máxima definitiva, echando mano de su impecable técnica individual para engañar a Nahuel.
Salió de la banca y del hule para resolver el partido y la temporada. De la lesión a la consagración. Ahora, a buscar un excelente primer torneo de 2026 para llegar como navaja al Campeonato Mundial.
Minutos antes, el joven Virgen había demostrado redaños al ignorar la burla de Vigón y cobrar de manera brillante ante un portero intimidante que le saca toda la experiencia.
Merecidamente, el Toluca es bicampeón del futbol mexicano. Una institución que sabe invertir en buenos jugadores bajo la tutela de uno de un empresario ejemplar como es Valentín Diez Morodo, hijo del que fuera legendario dueño de los choriceros, don Nemesio Diez.
Quinto título como entrenador para el experimentado timonel argentino Antonio Mohamed, convertido ya en leyenda viviente del balompié nuestro.



