7.7 C
Tepic
martes, diciembre 16, 2025
InicioOpiniónFinal de locura

Final de locura

Fecha:

spot_imgspot_img

Al disponerme a escribir estas “palabras” que pretendo dedicar preferentemente a la final del Torneo Apertura 2025 de la Liga MX disputada entre los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León [estuve a punto de escribir “Nayarit”] y los Diablos Rojos [antes Choriceros] del Toluca, caí en la cuenta de una paradoja más presente en mi persona [una que, desde algún punto de vista podría ser considerada como una contradicción o como un “malinchismo” evidente], ya que, a diferencia de una postura teórico-existencial de acuerdo con la cual, en el campo del pensamiento filosófico he optado tiempo ha por un modelo que ―a diferencia de las posturas que privilegian lo universal y en la línea del lema de la Universidad Autónoma de Nayarit [ahora sí “Nayarit” es el término adecuado]― parte de lo nuestro hacia lo universal, en el campo deportivo, mi atención ―como se puede comprobar echando una mirada a lo que he venido escribiendo en los años recientes―, se centra en lo que podría considerarse ―sin serlo del todo― universal o, dicho en términos más contemporáneos, global, ya que las ligas europeas, la “Champions”, los “Grandes Slams” del tenis varonil y femenil, la Fórmula 1 del automovilismo, las series finales de Las Grandes Ligas del beisbol, de la NBA, de la NFL [¡todas de los Estados Unidos de América!] son abordadas una y otra vez, mientras que el deporte nacional aparece muy poco en ellas e, incluso cuando aparece, solo lo hace el futbol o algún triunfo deportivo de algún deportista o de algún equipo mexicano…

Sin entrar a profundizar en el asunto en busca del por qué de esa perspectiva asumida en mi afición deportiva, ―la cual, por cierto, se remonta a mi infancia en la que junto con los Coras del Deportivo Tepic, aparecían en mi horizonte deportivo el Necaxa, el América, el Real Madrid, El Milán, el Santos de Brasil; los Yanquis de Nueva York y los Dodgers de Los Ángeles junto con los Diplomáticos de Tepic, los Tabaqueros de Santiago, los Broncos de Tecuala, los Diablos Rojos y los Tigres, los Empacadores de Green Bay, Roy Emerson y Rod Laver [enfrentados al “Pelón” Osuna y Toño Palafox en el Campo Deportivo Chapultepec―, me limitaré a decir que esta ocasión, dejando de lado la octava fecha de la Champions que se disputó a media semana; la Copa de la NBA cuya final está por disputarse; la décimo quinta jornada de la NFL en la que los Jefes de Kansas City quedaron fuera de los “playoffs”, así como el empate del Bayern de Múnich, la amenaza del City al liderato del Arsenal o la ventaja que mantiene el Barcelona sobre el Real Madrid, me concentraré en la final Tigres vs Diablos Rojos…

Final de locura, he titulado esta colaboración porque considero que en esas tres palabras se puede condensar aquello de lo que fuimos testigos tanto en los 210 minutos de los dos partidos de 90 más los 30 de los tiempos extra del partido de vuelta, como, sobre todo, los densos minutos de la serie de penales que justifica, plenamente, la categorización “de locura”, que podría también categorizarse ―como lo han hecho otros― como “épica” o “dramática”…

El partido de ida ―disputado el jueves en el Estadio Universitario de Monterrey― se caracterizó por un dominio intenso de los Tigres frente a un Toluca calculador que ―como también ha sido dicho―, parecía conformarse con un empate o, incluso ―como de hecho sucedió―, con una derrota por un gol, que sin ser muy deseable tampoco sería tan mala, ya que podría ser revertida en “La Bombonera 2.0”…

En ese encuentro, llamó la atención que el triple campeón goleador de la liga ―Paulinho― no haya tenido ni una sola oportunidad manifiesta de gol; la excelente actuación del arquero toluqueño hasta que cometió el error garrafal que abrió la puerta al gol con el que el equipo norteño lograría el único gol del partido, ese que le permitiría llegar a la capital mexiquense con un gol de ventaja y con serias posibilidades de lograr su noveno campeonato de liga…

Esa posibilidad se amplió cuando se supo que la oncena toluqueña no contaría con Alexis Vega [o que si podía contar con él solo sería por unos pocos minutos, sin estar en plenitud de forma y después de alrededor de cuarenta días sin jugar y, más aún cuando se dio a conocer que Hugo González ―a pesar de su buena actuación en las finales, salvo el error del gol en “El Volcán”― sería sustituido por Luis García…

Por si fuera poco, el gol anotado por los Tigres al minutos catorce en un tiro libre de André-Pierre Gignac desviado por Fernando Gorriarán de manera accidental pero efectiva, hizo que la afición neolonesa y los fanáticos de la U. de Nuevo León sintieran que la Copa sería suya…

Sin embargo, la reacción de la oncena mexiquense ―entusiasta pero poco eficaz a lo largo de veinticinco minutos― rindió sus frutos al minuto 40 en que Helinho ―la adquisición más cara del equipo que había sido hasta ese momento quien mejor desempeño había tenido― logró vencer a Nahuel Guzmán con un tiro poderoso con la pierna izquierda que entró muy cerca del poste derecho del marco defendido por el arquero argentino…

En el segundo tiempo, siguió el dominio toluqueño hasta empatar el marcador global con un gol de Paulinho ―quien finalmente apareció― a pase de Helinho…

El resto del partido, fueron los Tigres los que dominaron el encuentro ante una oncena choricera que se lucía cansada, estando, en varias ocasiones, cerca de conseguir un gol que no llegó, a pesar de que Antonio Mohamed se vio obligado a prescindir de jugadores que le podrían hacer falta en caso de llegar a la serie de penales: Angulo, Paulinho, Castro y Marcel Ruiz y enviando a la cancha a varios jugadores sin experiencia ―como el juvenil Oswaldo Virgen―, así como a Alexis Vega…

Y sí, el dramatismo, la épica y la locura llegaron en la serie de penales en la que aparecieron las paradojas: el portero que se suponía que le daba una amplia ventaja a los Tigres solo logró atajar el penal que tiró el arquero de los Diablos, quien, por su parte, atajó el que le tiró Nahuel y el décimo segundo que tiró el mejor jugador del torneo: el argentino Ángel Correa…

Y, Alexis Vega, quien corría el riesgo de lesionarse de nuevo, resultó ser el héroe, al anotar los dos penales que tiró: el primero del Toluca y el vigésimo cuarto que le dio el triunfo, el campeonato, el bicampeonato y el décimo segundo campeonato a los Diablos Rojos del Toluca, con lo cual alcanzan al “Rebaño Sagrado” en el segundo lugar de los campeones de liga, aunque su primer campeonato lo consiguieron diez años después que las Chivas, en el torneo 1966-67…

Más artículos