¿Creían que el primer hotel de lujo del país estaba en la Ciudad de México? ¡Pues no! Fue en Tepic, en 1840, cuando el Hotel de la Bola de Oro abrió sus puertas para dejar a todos boquiabiertos.
Mientras en la Ciudad de México apenas estaban viendo cómo demonios se doblaba una sábana sin pelearse, en Nayarit ya andaban dando desayuno a la cama… sin membresía, sin puntos, sin tarjetas premium y sin la eterna frase de: “¿Desea agregar su RFC?”.
Aquí el lujo ya estaba encendido; en la capital seguían tratando de que no se les cayera la decoración de los mesones.
El Hotel Iturbide de la CDMX llegó 15 años después, como ese amigo que siempre llega tarde a la fiesta.
Pero antes de ser hotel, este lugar fue casa del matrimonio de Antonio Santa María Rentería y María Antonia Pintado y Patrón.
El señor Santa María Rentería, después de un viaje por Europa, pensó: “¿Por qué conformarse con mesones si podemos tener lujo?”
Y así trajo el concepto de hotel a Tepic, donde el valet parking era para caballos y mulas, porque, por supuesto, los autos aún no existían, pero la elegancia sí.
La fundación del Hotel de la Bola de Oro coincide curiosamente con el auge comercial del puerto de San Blas en la primera mitad del siglo XIX, y con el boom que surgió en la Alta California al desatarse la fiebre del oro… aquella que tenía a medio mundo embarcándose en Nayarit como locos, con la esperanza de hacerse ricos.
El menú del restaurante era tan variado que los viajeros del siglo XIX lo describían como “una exquisitez”.
Las habitaciones contaban en su interior con un sistema de baño llamado aguamali (traducción práctica: una palangana y una jarra con agua). Sí, era sencillo, pero visto con ojos de viajero de 1840: puro lujo.
Una curiosidad que eleva el mito: en una de esas habitaciones, a las 4:30 p.m. del 15 de enero de 1920, nació María Fernanda Ibáñez García, la única hija de la legendaria Sara García, la querida “Abuelita de México”. Así que, además, el hotel colaboró en la historia del cine nacional.
El Hotel de la Bola de Oro no fue solo un lugar para descansar: fue el acta de nacimiento del turismo moderno en México, un símbolo de elegancia que marcó una época.
Hoy, más de 180 años después, sus muros ya no albergan viajeros, sino locales comerciales en el corazón de Tepic.
Fuente: López González, Pedro. (2002). Hotel de la Bola de Oro, Uno de los primeros hoteles de México.
