
Pues miren amigos y amigas que me honran con la lectura de esta opinión, hoy es la última columna del año 2025 que leerán, este es el último día del año y por lo tanto es inexorable que nos hagamos a la idea de que hasta aquí se hizo lo que se hizo, lo que intentamos hacer y hoy no lo concluimos, es inútil lamentarlo, si bien se puede hacer una pequeña reflexión de los motivos que nos hicieron ser irresponsables, negligentes, incumplidos, o imprevistos con situaciones obviamente inesperadas.
La sobada y trillada frase de que hagamos un recuento de lo bueno y lo malo que nos pasó, ya es por demás aplicárselas, porque eso o nos amargará o nos dirá que bien pudimos lograr más.
Hoy simplemente toca dar gracias a Dios porque nos permitió llegar hasta este día, porque nos permitió terminar el año, privilegio que muchos y muchas no lograron ya que los acompañamos a su última morada, hoy recuerdo a buenos amigos míos que dejaron-como dicen algunos-este plano terrenal, sin decir nombres, y sé que ustedes también sufrieron probablemente la pérdida de un ser querido, de un ser que dejó únicamente el recuerdo de lo bueno o lo malo que fue hacia ustedes.
Amigos, este día es una fecha para recordarnos que tuvimos 365 días para solazarnos con la mujer de nuestros sueños, para gastarnos lo que tuvimos o ganamos en nuestro trabajo, quizá despilfarramos, quizá nos fraudearon personas en las que tuvimos confianza, o quizá confiamos en un negocio que nos falló, o bien, gastamos buscando la salud de un ser querido al que finalmente la muerte lo venció y nos dejó endeudados, el motivo que haya sido, es dinero que ya no está con nosotros, así que no nos amarguemos la vida, ya pasaron los 365 días que eran parte de esos momentos en que egresamos dinero pensando que era bien invertido y pues no.
A lo mejor, nos metimos a una universidad o escuela de cualquier nivel, pretendiendo concluir una etapa de nuestro estudio frustrado en el pasado por situaciones ajenas a nuestra intención, pero a lo mejor de nueva cuenta, pasaron los 365 días y seguimos sin superar esa etapa de nuestra preparación.
Y qué pasó con aquellos que como cada año tienen la intención de mejorar su condición física, de mejorar la forma de su cuerpo pues, esos que con todo y sus anhelos de tener una mejor figura, no tuvieron la fuerza de voluntad para sujetarse a una dieta rigurosa, a una rutina de ejercicios físicos que les permitieran perder kilos y ganar auto estima, pues esas personas, deben olvidar que intentaron hacer ese esfuerzo el año pasado y enfocar toda su energía, voluntad, y esfuerzos, para el año que mañana empieza.
Y que no se me pase recordar a aquellos y aquellas que durante el año que pasó tuvieron diferencias con alguien cercano a ellos, con gente de su propia sangre o con los une una relación sentimental muy cercana al matrimonio, aquellos que pelearon y que hoy es día que todavía no se reconcilian, esos hombres y mujeres, que entierren sus rencores, sus odios si es que los tienen en lo más profundo de su estómago y que piensen que es momento de empezar otro año sin la carga de un malestar emocional ligado al cariño, al afecto, al amor y al parentesco.
Recordar los fracasos, herirnos por lo que no pudimos lograr en este 2025 que hoy termina, es igual que considerarnos inútiles, y en el peor de los casos fracasados, y por supuesto que no lo somos, simplemente concluyo en que no hagamos comparaciones odiosas de lo que no pudimos lograr considerándonos afortunados de que tenemos otro año por delante para lograr nuestras aspiraciones…queridos amigos y amigas, Dios les bendiga por todo lo que hicieron y les permita lograr lo que no pudieron…hasta mañana



