La noche del viernes, la fría indiferencia de la ciudad se cobró una vida más. Un hombre en situación de calle, de entre 55 y 60 años, fue encontrado sin vida en su precaria vivienda, construida con costales y plásticos, en un terreno baldío de la colonia El Paraíso.
Su único compañero, un perro fiel, permanecía a su lado, negándose a abandonarlo incluso en la muerte.
Vecinos alarmados por la inmovilidad del hombre dieron aviso a las autoridades. Paramédicos confirmaron lo que ya era evidente: el hombre había fallecido, víctima probable del alcoholismo y la desnutrición que lo aquejaban. La escena, desgarradora, puso de manifiesto la cruda realidad de la indigencia en nuestra ciudad.
La policía acordonó el área y la Fiscalía inició las investigaciones. Mientras tanto, la comunidad se pregunta qué pasará con el perro, símbolo de lealtad en medio de la tragedia.

