“Allá hay muchos médicos -y yo soy médico- que no comprenden o no quieren comprender que la salud se compra, y que hay miles y miles de hombres y mujeres en América Latina que no pueden comprar la salud” *
Salvador Allende
Tanto el liderazgo como la imagen del Gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, son de naturaleza histórica. Esa imagen y ese liderazgo fueron construidos durante décadas de servicio, pues a lo largo de su vida ha sido sensible a los problemas que afectan a la gente. Esa sensibilidad lo llevó al servicio público. De haber sido diferente su vocación social, fácilmente habría podido optar por amasar una fortuna personal con la venta de su formación académica. Esa historia de vida le da potencia plena a sus mensajes.
Esa vocación que privilegia el bienestar de los demás, no suele ser común y menos en la esfera política. Esa es la razón por la que siempre que ha tratado el tema de los profesionales de la salud, sobre todo de los médicos, ha insistido en lo necesario que resulta dejar espacio para el compromiso social. Ha sido duro en sus palabras cuando se refiere a los profesionales que se concentran en su beneficio personal por encima del servicio a sus semejantes.
Esta perspectiva es de la mayor trascendencia en la actualidad. Lo es dado que el Gobernador Navarro ha logrado atraer inversiones públicas al estado, para que se construyan espacios académicos con la finalidad de lograr la formación de ese sector profesional. La formación en ese nivel, que procura el mandatario, es la de aquellos que buscan servir a los demás si descuidar su propia mejora vital.
Cualquier forma de conocimiento puede ser concebido de dos maneras. Primero, como valor de cambio, como una mercancía que se sujeta a las leyes de la oferta y la demanda, que ansía la mayor ganancia posible. Segundo, como valor de uso, lo que significa que la persona adquiere conocimiento para mejorar su condición humana, lo que lo lleva invariablemente a desarrollar una sensibilidad hacia los demás. El equilibrio, como en todas las cosas de la vida misma, es la esencia de todo ese esfuerzo.
El Gobernador Navarro Quintero llama al equilibrio entre la ganancia y la solidaridad social. Ahora que se van a abrir espacios para que más jóvenes se preparen en el vasto mundo de la medicina, es pertinente recordar ese llamado.
Obtener una oportunidad para estudiar medicina, no debe ser equivalente a “sacarse” la lotería. A eso nos lleva el pensamiento compartido por el gobernante nayarita. Lo hace desde este momento, desde ahora que ya está en marcha el proyecto académico, para que se de inicio a esa reflexión de inmediato. Formación profesional robusta, sólida y con formación social, ética, que no deje de lado el compromiso con su entorno social.
Es indispensable entender que en nuestro país viven personas con altos ingresos, aunque son muy pocos. Al lado de esa opulencia, sobrevive una clase media que siempre corre el peligro de ver caer sus niveles de vida. Lo peor de tal escenario es que en el país hay millones de personas que aún viven en pobreza o en extrema pobreza. Ni siquiera procede intentar tapar el sol con un dedo. En ese contexto los programas sociales son una imperiosa necesidad. Esa es una realidad que se observa y se vive cuando nos acercamos más a la gente y a sus condiciones de vida.
Instituciones como el ISSSTE, como el IMSS, como IMSS-Bienestar y demás entes públicos, contribuyen a elevar los niveles de vida, los indicadores de desarrollo humano, de amplios segmentos poblacionales. Es necesario agradecer el trabajo y en repetidas ocasiones, el sacrificio de todo ese “ejército” de profesionales de la salud, como enfermeras, doctores, especialistas, camilleros y demás que las integran. Hacen una labor fundamental en la vida de las personas y lo hacen sin buscar inmensas fortunas que los desvíen de la esencia de la vida en sociedad: ser uno con el resto. Ese uno con el resto es el ideal de la otredad en esta esfera. Esa otredad podemos concebirla, para el caso, como manifestación del llamado innumerable-quien.
Abandonemos esta digresión por ahora. Así, la formación de una persona en los espacios de la academia de la medicina humana, es un producto social. La educación pública puede ser gratuita para quien la recibe y eso en apariencia. La educación pública cuesta: tiene un costo que se cubre con el esfuerzo de todos. La educación pública es financiada con recursos públicos.
La formación de los profesionales del campo de la medicina humana, deben tener presentes las palabras del titular del Poder Ejecutivo estatal Miguel Ángel Navarro. Ahora que es posible formarse en esos ámbitos obliga a pensar en el origen de esas oportunidades.
Quienes egresen de escuelas públicas, no deben convertirse en mártires de la academia. No obstante, tampoco deben mostrar insensibilidad ante el origen de sus propias oportunidades. Lo que procede es el equilibrio, concepto que privilegia el Gobernador en sus alocuciones. Quienes tienen o han tenido la posibilidad de formarse profesionalmente, deben mostrar tanto compromiso social, así como compromiso amoroso con su familia y consigo mismo.
Ese compromiso social, ese compromiso personal y familiar, es lo que construyó durante toda su vida el Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero. La imagen y el liderazgo del Gobernador no son una construcción publicitaria o irreal. Eso será registrado por la historia. La verdad nacida de la experiencia y su trayectoria, le dan una enorme potencia moral a sus palabras. Por todo eso, la pertinencia de sus mensajes para aquellos que van a ver la forma en que se les abre un mundo promisorio.
* Fragmento del discurso de Salvador Allende del 2 de diciembre de 1972, en la UdeG.