Breverías | Prohibir

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Si “prohibido prohibir” fue el grito del movimiento del 68, sus autoasumidos herederos se han convertido en el fiel retrato de lo que combatieron. Regular la producción y comercialización de productos nocivos para la salud es obligación del Estado, pero llevarlo al texto de la Constitución es un exceso. Para eso están las leyes secundarias y el entramado reglamentario, y sobre todo su escrupulosa aplicación. Al paso que vamos, la izquierda en el poder acabará metiéndose hasta en nuestra alcoba para vigilar, prohibir y castigar lo que crea que es bueno para nuestra salvación. En la república moral que se empeñan en levantar, terminarán prohibiendo el alcohol, la azúcar, la harina, la sal, los ojos de gata, las cinturas estrechas, las anchas caderas y los amores tóxicos, que enferman y matan. ¡Sálvenos Dios!

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