Eleazar Ávalos Marín, secretario general de los comerciantes organizados de la CTM en Nayarit, confirmó que la intención de la jefatura de funcionamiento de negocios del municipio de Tepic, de reubicar a los agremiados a esta organización, en particular a los tianguistas en las diferentes plazas públicas de la ciudad, es un claro ejemplo de hostigamiento, tomando en cuenta la situación de pandemia por la que se transita.
“Es bastante lamentable la posición, de concretarse sería un golpe muy duro para los comerciantes, en este caso para su economía y para la derrama económica en general, eso prácticamente sería para nosotros otra pandemia”, comentó.
Asimismo, Ávalos Marín señaló que se encuentran abiertos al diálogo, “somos gente disciplinada, somos gente que sabemos, entendemos y comprendemos todas las situaciones, pero que sean viables, o sean que sean razonables, que tengan fundamento”, agregó.
“Esto que vemos es un hostigamiento, esto es un bullying, esto es algo que inquieta y que a pesar de los problemas de salud que tenemos todavía se nos quiere provocar otro problema de salud mental, el irnos a acostar con la intranquilidad de saber o no si mañana se va a trabajar para darles de comer a la familia, no sé si esto parezca poco, pero para quien lo padece, es algo muy fuerte y es doloroso también, a cambio de qué, de querer quedar bien para escalar políticamente, esa es la verdad y no tiene caso”.
Ante esta situación reprobable, según su consideración, el también secretario de organización de la CTM, Ávalos Marín precisó:
“Somos el prietito negro en arroz, sin embargo, con nuestro comercio somos autosuficientes, porque con esto hemos mantenido y sacado adelante a nuestras familias, tenemos hijos profesionistas, siguen yendo a la escuela, sobrevivimos pero somos gente que no tenemos seguro social por ejemplo y tú sabes lo que ahorita cuesta la consulta de un médico, lo que cuesta la medicina, sin embargo a nadie molestamos, a nadie le pedimos trabajo, además aunque a nadie le pedimos trabajo, todavía a veces le damos trabajo alguien más en nuestros negocios sobreviven más familias y aun así no logramos que se nos deje en paz. No logramos tener el tiempo de tranquilidad para ordenar los pensamientos, siempre con la psicosis de que va pasar mañana, entonces estamos abiertos al diálogo, estamos abiertos al orden, pero al orden viable en donde nos ordenemos todos; en la ciudad tenemos alrededor de 20 a 30 tianguis, de ahí viven y que no le piden trabajo a nadie, eso es algo que debería valorar el ayuntamiento capitalino”, apuntó.