La tonelada de caña será pagada este año a mil 152 pesos con 58 centavos, según informó J. Guadalupe Guzmán Rodríguez, dirigente de los productores del ingenio de Menchaca. Esto representa una caída de 220 pesos respecto al ciclo anterior, provocada por el incumplimiento de varios ingenios en el país que no exportaron azúcar como estaba previsto.
Durante la zafra recién concluida, el ingenio de Menchaca procesó 727 mil toneladas de caña, cultivadas en 10 mil 500 hectáreas con un rendimiento promedio de 65 toneladas por hectárea. La producción resultó en 90 mil toneladas de azúcar, una cifra ligeramente inferior a la del ciclo previo, debido a la pérdida de unas 500 hectáreas, que regresaron al área de influencia del ingenio de Puga.
Con un rendimiento industrial de 124 kilos de azúcar por tonelada de caña, la eficiencia técnica del ingenio se mantuvo en niveles estables, a pesar de los movimientos de superficie cultivada entre ingenios. Guzmán Rodríguez destacó que el padrón local incluye alrededor de 2 mil 800 productores, muchos de los cuales operan en tierras ejidales con potencial que aún no ha sido sembrado.
El dirigente lamentó la falta de claridad y coordinación en la distribución territorial de los cultivos, lo que ha derivado en conflictos por la cosecha entre productores adscritos a distintos ingenios. “Que cada quien tenga lo que le toca de moler y no andarnos peleando por las cañas”, expresó.
Aun con la disminución del precio, hay datos que les permiten evitar el pesimismo. El representante aseguró que el valor pagado en Nayarit se mantiene competitivo: “A nivel nacional estamos entre los 10 primeros, en sexto o séptimo lugar”. Sin embargo, reconoció que la baja en ingresos es significativa, en un contexto donde los costos de producción no han cedido.

La caída del precio pone presión sobre un sector que, aunque estable en su producción, depende de mecanismos federales de exportación para mantener su rentabilidad. Para el próximo ciclo, los productores insisten en reforzar los acuerdos de comercialización nacional e internacional para evitar afectaciones similares.
Frente a ellos están los productores de agave, en una crisis que ha llevado al mercado a la imposibilidad de recibir la producción. El precio es de un peso por kilo, lejos de los 30 pesos en que llegó a ubicarse hace algunos años. Hoy, la puerta de salida es migrar del agave a la caña, como ayer reportó Meridiano. El mercado del azúcar no es el mejor, pero sus variaciones están en el margen de maniobra.