Antonio Magallanes Martínez es un personaje nayarita amable y entrañable, con quien tuvimos el gusto de conversar para conocer más sobre su actual actividad comercial, que además de interesante, tiene un valor histórico.
Antonio vende tejuino en Tepic, una tradición que heredó de su padre, quien ya lo ofrecía en Jauja desde 1971. Durante casi cinco décadas, la familia fue conocida por su presencia en las calles Amado Nervo y Durango. Hoy, Antonio continúa con la tradición desde su nuevo punto de venta: la calle Zapata, entre Zacatecas y avenida México.
Con gratitud, señala que su clientela se ha mantenido fiel. “Gracias a Dios, mucha gente viene a buscarme por la calidad del tejuino”, comenta. Desde hace cinco años, junto con su equipo de trabajo, elabora el producto cuidando cada detalle. Dejan fermentar la bebida durante 24 horas, aunque puede mantenerse hasta una semana para lograr un sabor más intenso. “El tejuino es una bebida que pueden disfrutar desde los niños pequeños hasta los adultos mayores”, destaca.
Sobre los ingredientes, explicó que la base es el maíz, al que se le añade piloncillo y, al final, un poco de azúcar. Durante la entrevista, no dejaban de llegar clientes, lo que demuestra el cariño de la gente. Su horario habitual es de lunes a domingo, de 9:45 a.m. a 3:15 p.m., aunque los domingos se retira un poco antes.
Además del punto en la calle Zapata, Antonio cuenta con otro espacio de venta dentro del mercado conocido como “El Volantín” —ubicado sobre Durango, entre Amado Nervo y Zaragoza—, a un costado de un local de plantas. Ese sitio, que antes fue un mercado de abastos, es hoy otro punto clave donde los tepicenses pueden disfrutar de esta bebida tradicional.
Para concluir, Tejuino Magallanes es un producto de calidad, elaborado por una familia tepicense durante décadas, con un sabor exquisito y agradable.
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