En el corazón de Tepic, donde el bullicio del comercio ambulante se mezcla con el constante ir y venir de vehículos, decenas de personas con discapacidad enfrentan cada día un viacrucis para poder movilizarse, trabajar o simplemente vivir con dignidad.
Este es el caso de Maritza Franco, quien desde hace cinco años padece artrosis crónica en la rodilla derecha y se traslada en silla de ruedas. Ella y su familia llegaron a la capital nayarita en busca de una mejor calidad de vida; sin embargo, lo que encontraron fue una ciudad poco accesible e indiferente ante las necesidades de quienes viven con alguna discapacidad.
Sobre el tema, la entrevistada declaró: “Ha sido muy difícil encontrar espacios donde podamos circular. La silla de ruedas te impide andar sobre la avenida. Nosotros vendemos burritos, taquitos, lo que podemos. Muchas veces tenemos que bajarnos de la banqueta porque está ocupada por carros, o simplemente no hay banqueta. Es muy arriesgado”. Añadió que hace falta infraestructura urbana adecuada, como rampas funcionales ó banquetas amplias. “A esto se suma la falta de conciencia vial por parte de los automovilistas, es lo que hace que todo se nos complique; por eso necesitamos más educación, más respeto”.
En este mismo contexto, Maritza aseveró que la mayoría de los automovilistas los ven como si fueran estorbos: “Muchos nos ven como estorbos. Uno está esperando cruzar una calle y los carros no se detienen, al contrario, te avientan el coche”.
Por su parte, el joven Alejandro García Pérez, quien a causa de la diabetes mellitus perdió sus dos extremidades y actualmente depende de la hemodiálisis para sobrevivir, dijo que para ellos es muy difícil deambular por las calles de la ciudad: “Vivimos con miedo, pero tenemos que salir adelante. Las autoridades deberían tener un poco más de conciencia sobre lo que vivimos cada día, porque la ciudad no está diseñada para todos. Las personas con discapacidad no solo enfrentamos barreras físicas, sino también sociales y estructurales”.
Ante esta situación, piden que se respeten los espacios que son para las personas con alguna discapacidad: “Nosotros estamos luchando por un espacio donde el derecho a la movilidad no dependa del azar ó la compasión de otros, sino de una ciudad verdaderamente incluyente, donde los discapacitados podamos transitar libremente. Vivimos así todos los días y todos los días arriesgamos nuestras vidas”.