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¿Puede el agave acabar con la tierra?

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Monocultivo desmedido, erosión y suelos degradados, la otra cara del desplome del precio

Especial Meridiano | Jorge Enrique González

En teoría, el agave es una planta noble. Soporta sequías, crece en suelos pobres y necesita poca agua. En la práctica, su cultivo masivo ha generado una crisis ambiental de la que poco se habla porque poco se entiende, aunque cada vez es más visible. En Nayarit, donde antes ocupaba pequeñas superficies, hoy domina en valles, laderas y tierras agrícolas con una velocidad que sorprende incluso a quienes lo promueven.  Los productores vivieron la embriaguez de la abundancia y ahora resienten el desplome brutal del precio. Más temprano que tarde lamentaremos todos los costos ambientales.

Hace apenas cinco años, el agave azul cubría unas 3 mil 500 hectáreas en el estado. Hoy, según datos estatales y del sitio especializado Agaves.pro, rebasa las 40 mil. El crecimiento ha sido exponencial. El motivo: se llegó a vender por más de 30 pesos el kilo. Pero a inicios de 2024, miles de toneladas de la zona de denominación de origen quedaron sin comprador. Las fábricas estaban saturadas y el precio se desplomó a entre 5 y 14 pesos. Y para mediados de 2025, Meridiano documentó una caída aún más drástica: el kilo de agave se pagaba en algunos puntos a sólo un peso, el nivel más bajo registrado en más de dos décadas. Cientos de productores anunciaron que sembrarían caña de azúcar para no volver a perderlo todo (León, 2024; Meridiano, 2025).

Además del colapso económico, el impacto ambiental es cada vez más preocupante. En las zonas rurales de Ixtlán del Río, Jala y Santa María del Oro, los productores han sustituido parcelas de maíz por agave. A simple vista, el cambio parece eficiente: menos trabajo, menos agua, más valor por tonelada. Pero el resultado en el terreno ha sido erosión, suelos desprotegidos y pérdida de materia orgánica. Desde 2022 se ha propuesto modificar la legislación agraria para restringir el cambio de uso de suelo en áreas productivas, con el fin de preservar tierras destinadas a cultivos alimentarios. La iniciativa sigue pendiente.

A diferencia del maíz, que puede rotarse y aporta residuos que nutren la tierra, el agave se reproduce de forma clonal. Es decir, sin semilla, sino por hijuelos o retoños que brotan alrededor de la planta madre. Todas las plantas son genéticamente idénticas. No hay floración, polinización, ni interacción con insectos, aves o murciélagos. Lo que parece eficiencia industrial es, desde el punto de vista ecológico, un ecosistema agónico. “El agave no cubre ni protege el suelo como lo haría una milpa o una cobertura vegetal diversa”, explica Arturo Padilla-Pelayo, autor del estudio Paisajes agaveros, editado por la UNAM y la Universidad Autónoma de Nayarit.

El cultivo intensivo también reduce la biodiversidad subterránea. Estudios recientes han demostrado que los suelos con monocultivo continuo de agave presentan menores niveles de materia orgánica, menos lombrices y pérdida de estructura microbiana del suelo. Con el tiempo, el terreno pierde capacidad de retención de agua y se vuelve menos fértil incluso para cultivos de rotación.

Otro frente de preocupación es la vinaza. Por cada litro de tequila producido, se generan hasta diez litros de este residuo líquido, rico en materia orgánica y difícil de tratar. En municipios de Jalisco, como Amatitán o El Arenal, se han reportado vertidos directos a ríos o suelos agrícolas. En Nayarit, la infraestructura aún es incipiente. Durante 2023 y 2024 se inauguraron nuevas tequileras en Tepic, Santa María del Oro e Ixtlán del Río. Pero no hay información pública sobre plantas de tratamiento ni sobre el destino de los residuos líquidos. “La vinaza puede contaminar mantos freáticos si no se maneja con precisión”, advierte un informe técnico del Instituto Nacional de Ecología (INECC).

En las colinas cercanas a Santa Rosa y San Marcos, los escurrimientos contaminados pueden llegar a arroyos locales. Agricultores y técnicos forestales han advertido que el uso inadecuado del bagazo y la vinaza como fertilizante directo sin dilolución previa puede agravar la compactación del suelo y contribuir a la acidificación.

El Consejo Regulador del Tequila (CRT) ha impulsado una certificación llamada Agave Responsable Ambiental (ARA). La idea es evitar la deforestación y el uso de tierras sin vocación agrícola. En Jalisco, esta etiqueta ha sido adoptada por parte del sector exportador. En Nayarit, la implementación comenzó en 2024. Técnicos del CRT han capacitado a productores locales para elaborar reportes de compatibilidad. Sin embargo, aún no se han publicado cifras sobre cuántas hectáreas están certificadas ni cuántas han sido rechazadas por violar criterios ambientales.

Mientras tanto, el agave se multiplica. En ejidos como El Rincón o Tepiqueños, el paisaje cambió en menos de cinco años. Las pencas desplazaron a las mazorcas. Donde había árboles frutales o pequeñas huertas familiares, ahora hay filas de agave alineadas con exactitud industrial, sin sombra ni insectos.

“El cultivo de agave no es malo por sí mismo”, aclara el agrónomo Noé Rocha, consultor técnico en zonas rurales del sur de Nayarit. “El problema es cuando se convierte en la única opción, cuando desplaza otras actividades y no se regula. Es como si quisiéramos vivir sólo de azúcar. En algún punto, te pasa la factura”.

El riesgo de colapso no es catastrofismo. Ya ocurrió en Jalisco, ya ocurrió también en Nayarit. El precio por los suelos, los miles de toneladas sin mercado. Algunas comunidades han propuesto modelos mixtos: agave rotado con maíz o frijol; producción con control de residuos y certificación ambiental real.

En resumen: el problema no es el agave sino apostarle todo. Como el tequila, la bronca es el exceso. Quien haya vivido una cruda tequilera sabe de lo que estoy hablando y entiende en entrañas propias la frase de la publicidad de bebidas alcohólicas “nada con exceso, todo con medida”.

Para saber más

Agaves.pro. (2024, abril 6). El auge del cultivo de agave en Nayarit. https://agaves.pro/agave-en-nayarit

Consejo Regulador del Tequila (CRT). (2024, junio 17). Trabaja CRT con cadenas productivas y organizaciones agrícolas. https://partidero.com

Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC). (2023). Ficha técnica sobre gestión de vinazas. https://www.gob.mx/inecc

Intagri. (2024). El futuro de la producción de agave en México. https://www.intagri.com/articulos/agroindustria/agave-azul

León, A. (2024, abril 5). Aumenta en Nayarit el cultivo del agave. Meridiano.mx. https://meridiano.mx/Nayarit/16349/Aumenta-en-Nayarit-el-cultivo-del-agave

Meridiano de Nayarit. (2025, junio 4). Migrarán agaveros a cultivo de caña. https://meridiano.mx/Nayarit/23759/Migraran-agaveros-a-cultivo-de-cana

Padilla-Pelayo, A., & Pelayo, M. (2022). Paisajes agaveros. Impactos socioambientales en México. UNAM / Universidad Autónoma de Nayarit.

Universidad de Guadalajara. (2020). Agave Azul: Sociedad y medio ambiente en la cuenca del río Ayuquila, Jalisco. Universidad de Guadalajara.

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