Inicio y Finales [así, con mayúscula en ambos casos; el primero por su ubicación; el segundo por su relevancia]; victorias y derrotas ha sido el encabezado elegido para estas “palabras” y debo confesar que tienen como fuente de inspiración la convicción del pensamiento náhuatl de la fugacidad de este mundo visible, palpable y cambiante al que llamaron tlaltícpac y en el que, por razones obvias hay inicios y finales, victorias y derrotas…
El inicio ―con una mayúscula presente en el título y ausente en este párrafo― hace referencia al inicio del Torneo Apertura 2025 de la Liga MX del que ―más de reojo que de manera directa― fuimos testigos este fin de semana…
Lo primero que llama la atención de este inicio es el que se ubique un mes antes del inicio de las principales ligas del futbol mundial y cuando todavía no llegaban a su fin la UEFA Women’s Euro 2025 y el Campeonato Mundial de Clubes.
Lo segundo, que ya en la primera fecha se posponga el partido entre las Chivas Rayadas y los Tigres y que, en la segunda, se adelanten dos partidos ―América vs Tijuana y Santos vs Toluca porque el sábado 20, en el Dignity Health Sports Park de Los Ángeles, CA., se disputará el partido entre las Águilas y los Choriceros estando en juego el trofeo al Campeón de Campeones 2024-2025…
En relación con la jornada inicial, hay que decir que, de los principales favoritos a obtener el título en diciembre próximo ―Cruz Azul, América, Toluca― solo la oncena mexiquense logró un resultado positivo al derrotar al desmantelado Necaxa tres goles a uno, mientras que, las Águilas y La Máquina solo pudieron alcanzar un empate: aquellas contra los Bravos de Juárez; esta, contra unos revitalizados Cañoneros de Mazatlán.
Las sorpresas de la jornada: la goleada 3-0 del Santos ―último lugar del torneo anterior― a los Pumas de la UNAM y el 3-0 de los Tuzos del Pachuca a ese Monterrey que tan buen sabor de boca había dejado con su desempeño en el Campeonato Mundial de Clubes del que se trajo a la Sultana del Norte alrededor de 21 millones de dólares…
Esa mención del Campeonato Mundial de Clubes, sirve de transición de las palabras sobre el “inicio” a palabras sobre las “Finales”, la primera de las cuales a las que me referiré en estas palabras es precisamente la que disputaron el Paris Saint Germain y el Chelsea, una final en que el equipo parisino era amplísimo favorito después de haber conquistado la UEFA Champions League y de haber goleado en la semifinal al Real Madrid 4-0…
Sin embargo, con una actuación inesperada y cercana a la perfección en defensa y en ataque, el equipo londinense “tres tiros le dio” a los parisinos en el primer tiempo con una excelente actuación de Cole Palmer y del recién llegado Joao Pedro y, en el segundo, las intervenciones del arquero Robert Sánchez impidieron que el Paris anotara, al menos, un gol.
En el plano táctico, Enzo Maresca ―combinando la tradición defensiva italiana con las artes guardiolianas― logró desactivas el aceitado sistema de Luis Enrique, quien, no pudo evitar, al final del partido, que la frustración le llevara a la agresión, esa que, en los últimos minutos del encuentro había hecho su aparición en varios jugadores y que en los cinco minutos de reposición estuvo cerca de convertirse en bronca.
Un trofeo ―hermoso por cierto y entregado por el presidente Trump junto con el Presidente de la FIFA― más que merecido, al igual que la entrega del guante de oro a Robert Sánchez y del trofeo como el Jugador más valioso a Cole Palmar, “la piedra desechada por Guardiola, convertida ahora en piedra angular”.
Las otras Finales [con mayúscula] a las que me referiré en estas “palabras” son las del Torneo de Tenis de Wimbledon…
En la rama femenil, la polaca Iga Swiatek no solo logró su sexta victoria en torneos de Grand Slam [había ganado 4 en Roland Garros 1 del Abierto de Estados Unidos], sino que lo hizo en dos sets y con parciales 6-0 y 6-0, algo que nadie había conseguido en alguno de los cuatro grandes torneos desde que lo hiciera la alemana Steffi Graf en Roland Garros en el año 1988 al derrotando a Natalia Zvereva. Con esa victoria, Iga se ha colocado en el tercer lugar en la clasificación de la WTA después de haber llegado al torneo londinense en cuarto lugar y de haber descendido en junio de este año hasta el séptimo tras haber ocupado el primer lugar por casi dos años [entre 2022 y 2023] y no menos del segundo hasta abril de este año…
En la rama varonil, la final, de nuevo, disputada entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, repitiendo la final de Roland Garros ―con mucho menor emotividad― y dejando prever que a lo largo de varios años por venir se les verá disputar más finales en Melbourne, París, Londres y Nueva York porque ambos han llegado a alcanzar una superioridad notable sobre el resto de tenistas de la ATP.
Incluso, después de ver el dominio que, a partir del segundo set mostró el italiano sobre el español, se puede sospechar que serán más y más las veces que Sinner se alce con el triunfo.
Por lo pronto, con su victoria, el nacido en el pequeño puedo de San Candido en el norte de Italia, muy cerca de la frontera con Austria, cuenta ya en su haber con cuatro títulos de Gran Slam [2 del Abierto de Australia, 1 del Abierto de los Estados Unidos y, ahora, 1 ―¿el primero de muchos?― de Wimbledon y ha tomado una ventaja muy grande en la clasificación de la ATP con 12,030 puntos, en la que Carlos Alcaraz ocupa el segundo lugar con 8,600 y Alexander Zverev el tercero con 6.030…
Las victorias a las que hago referencia en estas “palabras” son dos alcanzadas por deportistas mexicanos este fin de semana: la victoria de Matías Grande en la Copa del Mundo de Tiro con Arco disputada en Madrid, quien alcanzó el campeonato con un marcador contundente de 6-0 en la final disputada contra el francés Baptiste Addis y el triunfo del ciclista Isaac del Toro en la Vuelta a Austria, un torneo con 5 jornadas que se disputa simultáneamente con el Tour de Francia en el que el mexicano no participó porque su equipo le quiere llevar paso a paso hacia las grandes competencias…
¿Y las derrotas? Quedaron ahí, al hablar del inicio y de las finales…