Luis Florencio Álvarez Arias, originario de Mazatlán, Sinaloa, ha comenzado una nueva etapa en su vida tras años de adicción a distintas sustancias prohibidas. En entrevista, relató cómo decidió internarse en un centro de rehabilitación que se encuentra en la ciudad de Tepic, Nayarit, y hoy celebra tres meses sin consumir drogas ni alcohol.
Con voz entrecortada y mirada nostálgica, Luis Florencio recuerda que el consumo lo llevó a alejarse de su esposa y de sus hijos. Su historia se torna aún más dolorosa al contar que dos de sus hijos actualmente consumen drogas y un tercero fue asesinado recientemente por presuntos miembros del crimen organizado en Sinaloa.
Narró que fue su padre (finado) quien lo indujo al mundo del consumo de sustancias prohibidas: “Mi padre también era adicto a la marihuana y al alcohol. Yo aprendí a consumir desde niño, primero la mota, luego el alcohol, hasta caer en sustancias más fuertes como el Cristal”.
Luis admite que esta es la tercera vez que ingresa a un centro de rehabilitación, pero asegura que en esta ocasión su decisión es firme: “Quiero cambiar, quiero recuperar a mi mujer y ayudar a mis hijos a salir de las adicciones que siento, de alguna manera, yo les heredé, como lo hizo mi padre”, expresó.
Detalló que su droga principal era el cristal, pero aclaró que durante las malillas (resacas) sufría de delirios de persecución: “escuchaba voces y veía cosas que no existían. Además, me afectaba en lo sexual, no podía ver a una mujer sin imaginarla desnuda. Era un infierno el que vivía”, confesó.
Sin embargo, dijo que hoy su vida comienza a tomar otro rumbo, pues trabaja vendiendo bolsas para basura en la vía pública, y cada tarde regresa al centro de rehabilitación con unas monedas que sirven para alimentar a los internos de nuevo ingreso: “me siento útil, me siento vivo”, dice con brillo de esperanza en su mirada.
Antes de concluir la entrevista, Luis Florencio envió un emotivo mensaje a su familia, que vive cerca de El Rosario, Sinaloa: “Familia, estoy bien. Ya no consumo drogas. Estoy trabajando por mi salud y en un centro de rehabilitación de aquí de Tepic, todos los días salgo a vender bolsas para la basura. Me siento libre y poco a poco estoy recuperando mi salud física, mental y espiritual. Muy pronto nos veremos”, puntualizó.