Si ya de por si la basura en las calles representa un problema, en época de lluvias la situación se agudiza, evidenciando por ejemplo el taponamiento en las rejillas.
Aunque se suele culpar a las autoridades de las inundaciones, pocas veces hacemos una crítica más amplia sobre lo que podríamos ayudar como ciudadanos si tan sólo no tiráramos basura o la sacáramos de nuestra casa el día y hora que corresponde.
Otra situación es que, especialmente en tiempo de lluvias, esa basura que sacamos en bolsas bien podríamos depositarla en la banqueta para evitar que, si cae alguna tormenta, no sea tan fácil de ser arrastrada.
En este tema también debe incluirse la presencia de pepenadores que recorren las calles buscando especialmente aluminio, cartón, fierro, plástico. Si bien tienen una regla de que la bolsa que abren para revisarla después debe ser cerrada, de vez en cuando se aparecen personas en el oficio que les vale sombrilla.
A nadie escapa que, se ha advertido durante años, el cambio climático está trayendo nuevos escenarios con tormentas cada vez más fuertes, o bien el contraste, con voraces incendios y sequías.
Como individuos, lo menos con lo que podríamos ayudar es haciéndonos responsables de nuestra basura, una situación fácil pero que no siempre se cumple, pues la basura continúa en las calles.
Al hablarse de inundaciones crónicas en determinadas partes de Tepic, no debe pasarse por alto que probablemente se trata de barrios que no debieron edificarse, por la afectación a cauces naturales. Por ejemplo, no pocos creen que la construcción de Fórum afectó las corrientes de agua en esa zona, repercutiendo en colonias cercanas.
* Esta opinión es publicada con autorización de su autor. Oscar Verdín Camacho publica sus notas en www.relatosnayarit.com
