Por Diego Mendoza/ Fotos: Christian Ruano
Corría el año de 1992, cuando el alcalde de Tepic, Alejandro Rivas Curiel, inauguró el Mercado Modular Mololoa, mejor conocido como Manuel Z. Larios, nombrado así en honor a un añejo comerciante de esta ciudad; la obra albergó 191 locales a los que se mudaron algunos comerciantes ambulantes de la zona en aquel entonces.

En agosto de ese año, Rivas Curiel firmó el reglamento que le daría orden al espacio, pero nunca logró repuntar como se pretendía, solamente un sector del lugar funcionó y el resto, aún continúa cobijando a alcohólicos y drogadictos, incluso fue sede por décadas del heroico “escuadrón de la muerte”.
Esa fama continúa vigente hasta nuestros días, son escasos los changarros que se mantienen funcionando, que mantienen vivo el lugar, pues cada vez son más los locales invadidos por personas en situación de calle que usan estos condominios como refugio y que cada noche, son arrullados por las dulces antífonas que entona el Mololoa.

El lugar, regala a los transeúntes postales en las que se observan desde roedores hasta personas recogiendo cartón y plástico que en algún momento irán a un centro de reciclaje para ser intercambiados por algunas monedas, que servirán para comer.

Durante 30 años este lugar ha estado en abandono, con apenas una decena de locales abiertos. En mayo del 2021, la alcaldesa Geraldine Ponce presentó el proyecto Tepic-Río, el cual tiene como objetivo atraer más turismo y mejores oportunidades a los comerciantes de la zona; en ese mismo año, en diciembre, el proyecto recibió el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien anunció que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), dirigida por Román Meyer Falcón se encargaría del plan maestro “Ciudad de las Artes Indígenas”.
El plan contempla consolidar a Tepic como el centro de fomento y proyección de arte y cultura del estado, y este espacio servirá para promover la formación, producción, exhibición, comercio y servicios, a fin de atraer el turismo local e internacional en favor de las comunidades indígenas.
Asimismo, el titular de la Sedatu precisó que esta intervención urbana se vincula a otros proyectos en la ciudad, como la renovación de la Plaza del Músico, el Andador Río Mololoa, la renovación de la plaza central y el Centro de Proyección Turística.

Esta situación no ha sido bien recibida por algunos propietarios del Z. Larios, que en han expresado su molestia al no recibir la información e indemnización que ellos desean, o consideran justa; pese a esto, el pasado 22 de julio, el Gobierno del Estado de Nayarit a través del Periódico Oficial, publicó un decreto en el cual menciona a cuanto corresponde la indemnización de cada local según el avaluó correspondiente hecho por el Instituto Catastral y Registral del Estado de Nayarit, conforme a lo establecido en el artículo 38 de la Ley de Expropiación para el Estado de Nayarit.
A decir verdad, este espacio olvidado del imaginario social volvió a ser verbalizado, a ocupar espacios en los medios, las redes sociales, como nunca o quizás como solamente sucedió hace 30 años, tres décadas en los que nunca funcionó como un mercado tal y como los conocemos y disfrutamos.
