A casi una semana de que un grupito de trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios mejor conocido como el SUTSEM, argumentando que es su derecho el joderse a toda la población de Tepic, cerraron la avenida Insurgentes con sus varias calles adyacentes, nos sorprendemos de que no les de preocupación recibir a diario tantas recordadas de sus madres, aunque en forma blasfema, maldiciones de gente que tiene que rodear desde la avenida Jacarandas, hasta la calle Veracruz, si quiere volver a seguir por la avenida Insurgentes rumbo al oriente.
Porque les quiero decir que no es solo el bloqueo o cierre de la avenida Insurgentes, son los daños colaterales que trae el cierre de esta avenida, y los fatigosos martirios de quienes son desviados que tienen que hacer enormes colas vehiculares porque todos desembocan en una sola calle, la Jacarandas, y venir por la Insurgentes del poniente, para luego obligadamente dar vuelta a la izquierda o derecha para luego de los obligados rodeos, regresar a la Insurgentes, y continuar al oriente, esto también lo tienen que sufrir los que vienen del oriente al poniente de la ciudad, es no solo el martirio de la lentitud, del retraso para llegar a tiempo a los compromisos personales, del gasto extra de gasolina, es también el coraje de ver que los del SUTSEM, o podríamos decir que una sola persona, el señor OSCAR CEDANO, quien quiere legalizar su mandato, a costillas de fastidiar la vida de quienes nada tenemos que ver con sus ambiciones de poder en un sindicato.
A los pobres empleados que son un número francamente muy reducido, a quienes ayer fui a observar a mediodía, finalmente no los culpo de que estén recibiendo mentadas de mamá por la gente que tiene que rodear, ellos finalmente tienen que acceder a los caprichos de su dirigente, que, a costillas de incomodar a la población, quiere presionar para lograr sus anhelos de poder.
Pero no sé si el señor CEDANO, tenga una pizca de vergüenza o de conciencia para darse cuenta de los daños que está causando atacando directamente a la población, en protesta por un problema que nada tiene qué ver con la ciudadanía.
Y es que miren, antier la CANIRAC siglas que significan Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, y que es una organización empresarial mexicana que representa, integra, educa, promueve y defiende los intereses de la industria restaurantera, organización que por supuesto tiene derecho a reclamar igual que el SUTSEM, pidió al gobierno que ya haga algo para dejar que el tránsito vehicular vuelva a fluir y por ende los muchos negocios que en esa avenida se ubican y que hoy están afectados por el bloque inconsciente del señor CEDANO, puedan volver a tener ingresos, ya que luego de una semana de cierre de esta avenida, simplemente ya no pudieron tener el movimiento que antes tenían.
El asunto es que estos negocios que son restaurantes, bares, antros, mariscos, lavados de carros, farmacias, pastelerías, menuderías, bancos, comida china, depósitos de cerveza, ventas de vehículos, y otros más, tienen una nómina que pagar, tienen unos impuestos que pagar, tienen que cubrir los gastos de operación de sus negocios, por lo que es necesario tener movimiento comercial.
Mientras tanto, OSCAR CEDANO, que se dice líder del SUTSEM, en forma totalmente contraria, solo tiene que ir al cajero automático cada quincena a sacar su quincena, igual trabajo tienen sus compañeros que se la pasan sentados en el toldo que pusieron en la avenida Insurgentes, un toldo para no quemarse con el sol, porque hasta eso, protestan con todas las comodidades.
Así es que si analizamos quien tiene mayor valor de mercado, en materia de recursos humanos, definitivamente los miembros de la CANIRAC, que se quejan porque no les permiten tener ventas, tienen el triple o más, mucho más que el señor CEDANO, cuyo trabajo de estar sentado, no afectaría a nadie si no lo hace.
Los negocios ya lo dije, irónicamente pagan los impuestos con los que les cubren los salarios a los sutsemistas que son los mismos que hoy los están ahorcando, bloqueando su clientela.
Por todo lo anterior, si es que el señor OSCAR CEDANO, no tiene alguna poquita pena por el daño económico que está haciendo a los que con sus impuestos les pagan el salario a el y al grupito que tiene dañando a estos negocios, pues por simple sentido común del daño que hace, debería de intentar llevarse su circo a otro lado.
Y para colmo, todo mundo sabe que lo que él exige, ni siquiera está en manos del estado resolverlo, es un asunto de jurisdicción federal, la pregunta es: ¿no es demasiado cinismo del señor CEDANO todo esto? hasta mañana