Hoy, la seguridad pública en el estado se ha fortalecido como verdad en la que se puede confiar. La seguridad pública y la certidumbre jurídica ha sido eje de las políticas públicas concebidas y ejecutadas con el liderazgo del mandatario estatal Miguel Ángel Navarro Quintero. De nuevo, parece que lograr ese clima de seguridad es responsabilidad elemental para el gobierno. No obstante, el clima de paz y trabajo que existe en Nayarit es consecuencia de un liderazgo de moral sólida y de una robusta respuesta de la sociedad nayarita, lo que le otorga la calidad democrática que se requiere.
En materia de seguridad a Nayarit le había ido muy mal y de mal pasó a peor hasta años recientes. De 2008 a 2011 el estado se convirtió en un campo de batallas campales escenificadas por grupos criminales. Luego vinieron otros años de paz, aunque todo nos lleva a la convicción de que esa paz parecía haber sido pactada con el mismísimo demonio. Eso se acabó y por eso, con mayor razón la figura de Navarro Quintero se hace altamente simbólica y de valor inconmensurable.
Esta lógica que vemos en la realidad, se refuerza con la percepción ciudadana en la materia. La realidad es el origen de esa percepción. Los indicadores así lo revelan. La gente no se equivoca al reconocer una realidad que permite trabajar y dar resultados.
Ahora, con el cambio en el gobierno federal, los resultados se ven reforzados. La coordinación del gobierno de Navarro Quintero con el gabinete de seguridad de la Presidenta Sheinbaum, fortalece la obtención de resultados cuyas mediciones nos muestran cambios sustantivos. Esa es la razón por la que la reunión del pasado jueves 21 de agosto adquiere primordial relevancia. En efecto, ese día se reunieron el secretario de seguridad y protección ciudadana del gobierno federal, Omar García Harfuch y el mandatario nayarita Miguel Ángel Navarro “para dar seguimiento a la estrategia coordinada en materia de seguridad que se implementa en la entidad”.
En ese escenario, el mandatario estatal sostuvo que en unidad con el gobierno de México que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, se continuará “trabajando con inteligencia, cercanía y atención permanente, con el propósito de prevenir delitos y responder de manera inmediata ante cualquier situación que lo amerite”. El titular del Poder Ejecutivo nayarita, Miguel Ángel Navarro Quintero destacó que “el objetivo común es claro: proteger a las familias nayaritas y consolidar a Nayarit como uno de los estados más seguros del país”. Ese objetivo se consolida con el respaldo de instituciones como la Guardia Nacional, la Marina, el Ejército, pero, sobre todo, con la estrecha coordinación de los niveles de gobierno.
La reunión del Gobernador de Nayarit y el titular de la dependencia federal, tiene una relevancia clave en el fortalecimiento del clima de paz y trabajo que priva en el estado. Tanto el Gobernador Navarro Quintero como el Secretario García Harfuch, privilegian estrategias preventivas y disuasivas. El objetivo central es que las instituciones sirvan no solamente para fortalecer la presencia en zonas de conflicto entre grupos criminales, sino para evitar que el crimen se haga presente en espacios que se mantienen en paz y con trabajo productivo. En Nayarit, esa estrategia ha permitido que el estado se coloque entre los estados con mayor seguridad pública y con un clima productivo, de trabajo creador.
El Gobierno Federal ha privilegiado una estrategia que reconoce la importancia de la coordinación entre los niveles de gobierno, para que los ayuntamientos asuman sus responsabilidades. También, para que los Estados asuman su compromiso en la materia en el plano que les corresponde. Asimismo, esa coordinación se requiere para que el gobierno federal despliegue las acciones que debe ejecutar con la intención de obtener los resultados que se desean y que la sociedad exige. Cada nivel de gobierno debe asumir su responsabilidad sin pretextos y sin esa inaceptable batería de justificaciones que no contribuyen a obtener los resultados que la gente exige y reclama con justa razón.
El Gobierno de Claudia Sheinbaum recuperó aquello que funcionó en materia de seguridad del gobierno encabezado por López Obrador. Ha cambiado donde ha sido necesario y, sobre todo, ha innovado para que la acción de gobierno sea más contundente, efectiva. Así, los golpes de precisión asestados al crimen organizado se han visto reforzados con la estrecha cooperación y coordinación con el gobierno de los Estados Unidos. Eso tiene un efecto en Nayarit y eso lo sabe el mandatario Navarro Quintero. El Gobernador acentúa la coordinación del estado con la Federación por el bien de la población del país y en especial por el bienestar de los nayaritas.
La Constitución nayarita dispone que esa coordinación de la que aquí se habla, es una responsabilidad que recae en las autoridades locales. No es novedad que así sea, pero si es de enfatizar que el gobierno de Navarro Quintero asume con plenitud esas responsabilidades. La Máxima Ley local de Nayarit dispone que “El Estado y los Municipios en los términos que la ley de la materia señale, establecerán un sistema de seguridad pública y se coordinarán con la Federación con ese fin”. Ese es mandato plasmado constitucionalmente y se acata al pie de la letra. No todos los gobernadores han asumido esa responsabilidad, pues algunos la han soslayado y otros se han empinado ante poderes institucionales o fácticos.
El Gobernador Navarro no soslaya esa alta responsabilidad, sino que la asume con respeto, con seriedad y con el compromiso que adquirió al ser votado como el mandatario que ha obtenido el mayor número de votos en la historia electoral del estado. Esa responsabilidad también significa que se debe coordinar con el gobierno federal y debe sumar con respeto a las autoridades municipales.
Los cambios son notorios. De lo que no debe caber ni la más mínima duda, es que la seguridad pública en el estado está en buenas manos y la coordinación se potencia al máximo con el respaldo de funcionarios excepcionales como García Harfuch.
El Gobernador asume plenamente sus facultades y obligaciones. Entre otras, las de “Cuidar de la seguridad del Estado y de la de sus habitantes, protegiéndolos en el ejercicio de sus derechos”, así como la de “Cuidar de la conservación del orden público, disponiendo al efecto de las corporaciones de seguridad pública del Estado”. Hay liderazgo, hay responsabilidad y hay respeto frente a la autoridad federal y ante las autoridades municipales.