Las lluvias torrenciales que han azotado la región están causando un inicio de temporada desastroso para los pescadores de camarón de estero en Nayarit. La captura del marisco, que habitualmente representa un ingreso crucial para miles de familias, no es redituable en este momento debido a que el exceso de agua dulce dificulta la pesca y, según los propios productores, ha provocado que el crustáceo se desplace hacia el mar o se hunda en el fango de las lagunas.
La situación es crítica en varias cooperativas. Juan de Dios Fernández, representante de los pescadores ribereños, señaló que organizaciones como Pescadero y Pancho Villa, que en temporadas anteriores lograban capturar hasta 40 toneladas cada una en el primer día de la zafra, ahora enfrentan una realidad desoladora. “Resulta que en los hechos, en esta zafra, Pescadero sacó 100 kilos y Pancho Villa no registró ni un kilo”, lamentó Fernández.
Este desplome en la producción ha generado un impacto económico inmediato. Muchos pescadores han decidido no salir a trabajar, pues no obtienen lo suficiente ni para cubrir el costo del combustible. “Invierten 300 pesos y vienen sacando 150”, explicó el representante.
¿Qué es la veda?
La veda es una prohibición temporal de la pesca de ciertas especies, establecida por las autoridades para proteger su ciclo de reproducción y garantizar la sostenibilidad del recurso. En el caso del camarón, este periodo permite que las larvas crezcan y los adultos se reproduzcan sin la presión de la pesca comercial, asegurando que haya suficiente producto para las temporadas siguientes. El respeto a la veda es fundamental para el equilibrio del ecosistema marino y la economía de las comunidades pesqueras.
A las condiciones climáticas adversas se suman otros problemas que, según el sector, han mermado la producción. Fernández argumenta que el levantamiento tardío de la veda este año permitió que los pescadores furtivos o “contrabandistas” se adelantaran, saqueando el producto durante todo el año e impidiendo que el camarón adulto complete su ciclo biológico de desove en el mar.
Además, los esteros se encuentran repletos de lodo, lo que dificulta la reproducción natural del camarón y hace necesario un dragado urgente de los sistemas lagunares para asegurar la viabilidad de la actividad a futuro.
El panorama a corto plazo no es alentador. Con la temporada de huracanes en su apogeo durante el próximo mes de octubre, existe el temor de que la situación se complique aún más para los pescadores. Las expectativas, que inicialmente eran optimistas gracias a las lluvias abundantes después de varios años de sequía, ahora apuntan a que la captura total podría ser inferior a las tres mil toneladas.