Cada fin de mes, miles de padres y madres de familia en Nayarit enfrentan el mismo dilema: la suspensión de clases debido a los Consejos Técnicos Escolares (CTE). Éstas son reuniones en las que el personal docente y directivo se junta para planear y evaluar su trabajo, así como para organizar y definir estrategias educativas. Aunque esta medida se implementó en los años 80, su formato se modificó en la última década, lo que ha generado dudas entre algunas familias sobre su efectividad.
La percepción sobre su utilidad es variada. Algunos padres, como Irma Leticia Lucano, consideran que el provecho de las reuniones depende de la dedicación de cada maestro, opinando que es “como un 50, yo lo veo”. Otras cuidadoras, como la abuela Adela Lara, suponen que tienen un propósito, pero desconocen los temas que se abordan en ellas.
Más allá de las opiniones, la suspensión de clases representa un auténtico reto de logística familiar. Para muchas madres trabajadoras, la situación implica tener que pagar para que alguien cuide a sus hijos. “He estado del otro lado donde si trabajo y (…) tengo que pagar quien me las cuide”, comentó Irma Leticia Lucano. Recurrir a los abuelos es una de las soluciones más comunes, aunque no siempre es una opción viable. “A veces sí es problema”, mencionó Mariana, otra madre de familia que trabaja y en ocasiones no tiene con quién dejar a sus hijas.
A pesar de los desafíos, hay quienes defienden la medida y llaman a la comprensión. “Tenemos que buscar alternativas para nuestros hijos eh, porque no hay que decir, no maestros huevones no quieren hacer nada, eso no es verdad”, expresó la madre de familia Elsa López Martínez. Al final, el objetivo de los Consejos Técnicos es que los docentes afinen la estrategia educativa, no que tomen un día libre.