En 2024, México registró un total de 161 mil 932 divorcios; de éstos, la gran mayoría, 89.6 de cada cien, se resolvieron por la vía judicial, mientras que el 10.4 por ciento restante se tramitó por la vía administrativa. La cifra nacional refleja una relación de 33.3 disoluciones legales por cada 100 matrimonios. Los datos, presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), muestran que la principal causa a nivel nacional fue el divorcio incausado, representando 67.2 por ciento de los casos. Este tipo de divorcio se caracteriza porque no necesita de una causa específica para la disolución del matrimonio y puede ser solicitado por una sola de las partes.
Esta cifra mantiene la tendencia de la última década. La tasa de divorcios por cada mil habitantes mayores de 18 años pasó de 1.52 en 2015 a 1.79 en 2024. El único descenso notable en este periodo ocurrió en 2020, año que coincidió con el inicio de la pandemia por la COVID-19, cuando el número de trámites disminuyó considerablemente antes de retomar su ascenso.
Nayarit, sin embargo, presenta una realidad distinta a la del resto del país. De los mil 553 divorcios registrados en la entidad, la principal causa fue el mutuo consentimiento, con 785 casos. En segundo lugar, se ubicó el divorcio incausado, con 752 casos, y en una proporción mucho menor se registraron 6 por adulterio o infidelidad sexual. Esta tendencia local contrasta con la de otras 24 entidades federativas donde el divorcio incausado fue el motivo predominante.
La tasa nacional de divorcios por cada mil habitantes mayores de 18 años fue de 1.79. Las entidades con las tasas más altas fueron Campeche (4.9), Nuevo León (3.5) y Tamaulipas (3.3). En el extremo opuesto, con las tasas más bajas, se encontraron Veracruz (0.9), Chiapas (1.2) y el Estado de México (1.2). La relación entre divorcios y matrimonios también muestra grandes diferencias regionales. Campeche nuevamente encabeza la lista con 69.7 divorcios por cada 100 matrimonios, seguido de Tamaulipas (66.2) y Nuevo León (58.8).
Un análisis a las características de las personas divorciadas revela que las mujeres tienden a disolver su matrimonio a una edad más temprana que los hombres, con un promedio de 41.1 años para ellas y 43.6 años para ellos. En cuanto a la duración de las uniones, el mayor porcentaje, 33.8 de cada cien, corresponde a matrimonios que duraron 21 años o más. Por otro lado, sólo 1.6 por ciento duró menos de un año.
Es relevante que en más de la mitad de los divorcios judiciales, 55.1 por ciento, las parejas
no tenían hijas o hijos menores de edad. Para las parejas que sí los tenían, un 22.5 por ciento tenía un solo hijo o hija, 16.2 por ciento tenía dos y un 5.5 por ciento tenía más de dos. En consecuencia, la asignación de la pensión alimenticia recayó principalmente en las hijas e hijos en 38.6 por ciento de los casos.
Respecto al nivel educativo, la mayoría de las personas divorciadas, tanto hombres (19.7 por ciento) como mujeres (19.4 por ciento), contaban con estudios de preparatoria o su equivalente. En el ámbito económico, 67.9 por ciento de los hombres y 51.8 por ciento de las mujeres declararon que trabajaban al momento del divorcio , desempeñándose mayoritariamente como empleados en el sector público o privado