“Levanten las manos”, “Levanten las malditas manos”, ordenó en inglés un soldado de la armada israelí a los 23 tripulantes de la embarcación Adara, una goleta turca de dos mástiles, que pasó de una vida de servicio turístico a servir a la humanidad, formando parte de una flotilla internacional que intenta llevar víveres a los más de 1.7 millones de refugiados que se encuentran en la asfixiada Franja de Gaza, en Palestina.
Alrededor de las 11:21 horas del miércoles 1 de octubre, las redes sociales volcaron sus ojos a Medio Oriente. La activista tepiqueña, Arlín Gabriela Medrano Guzmán, informaba que las embarcaciones Alma y Sirius, en las que se trasladaban diversos líderes de la Flotilla Global Sumud como Greta Thunberg, fueron interceptadas por barcos militares, por lo que la embarcación Adara terminaba como líder de la misión.

El breve informe de la periodista nayarita continuó con una transmisión en vivo al interior del navío, en la que se observa cómo los tripulantes comienzan a vestirse con un chaleco salvavidas naranja, como marca el protocolo ante la inminente intervención militar.
En menos de una hora, Arlín Medrano era parte de una de las 23 personas que “levantaba las malditas manos” a 130 kilómetros de la costa palestina.
“Si estás viendo este video es porque fuimos interceptados en aguas internacionales ilegalmente por la ocupación israelí y fuimos llevados sin nuestro consentimiento al territorio de Israel (…) solicito al gobierno mexicano que pueda regresarme segura a casa para abrazar a mi familia que está resistiendo”, declaró la joven nayarita en un video pregrabado mientras sostenía su pasaporte mexicano.
La Flotilla Global Sumud es considerada uno de los actos de solidaridad civil más grandes de los últimos años. Integrada por delegaciones de 44 países, incluido México, tenía como objetivo llevar más de 70 navíos con alimentos, agua y medicamentos a la ciudad de Gaza, rompiendo con el cerco que ha impuesto Israel al territorio palestino desde 2007.
De acuerdo con datos de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria, el 93 por ciento de la población palestina en esta zona enfrenta una grave escasez de alimentos. El Ministerio de Salud de Gaza, citado por Associated Press, reporta un total de 332 personas fallecidas a causa de desnutrición a raíz de la guerra.
Además de Arlín Medrano, cinco connacionales más forman parte de esta flotilla: Ernesto Ledesma, Dolores Pérez Lazcarro, Karen Castillo, Sol González Eguía y Carlos Pérez Osorio. Los dos últimos también viajaban a bordo de embarcaciones interceptadas por las fuerzas armadas israelíes.
“Hola, mi nombre es Sol González y si estás viendo este video es porque hemos sido secuestrados por fuerzas de ocupación israelí. Pido con urgencia a todos mis paisanos mexicanos que hagan presión al gobierno mexicano para que se me libere lo más pronto posible”, expresó la activista en otro mensaje grabado con antelación.
Mientras los tripulantes clamaban por ayuda, en el corazón del país se organizaron manifestaciones para exigir la liberación y protección consular de los connacionales. Con pancartas y banderas palestinas, reclamaban la intervención del gobierno mexicano.

La respuesta oficial fue escueta. En un breve comunicado publicado en X (antes Twitter), la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que la embajada de México en Israel pidió garantizar los derechos e integridad de los mexicanos: “Se solicitó el acceso consular a las autoridades de ese país y se pidió garantizar que sus derechos e integridad sean respetados en todo momento, de conformidad con el derecho internacional aplicable”.
“Sé que la ayuda humanitaria no sólo transporta alimentos y medicinas, sino también esperanza y amor revolucionario”, expresó en redes sociales la nayarita Arlín Medrano al anunciar su participación en este esfuerzo internacional que se convirtió en una odisea.
Adara fue la última embarcación en zarpar de Barcelona debido a incontables problemas técnicos y mecánicos por los cuales estuvieron a punto de cancelar su participación. A pesar de eso, la tenacidad de sus ocupantes dio nueva vida a la embarcación. Una crónica de Néstor Prieto Amador para el Diario Público de España relata parte de este momento.
La tripulación compuesta por 23 personas de 13 nacionalidades —principalmente de Europa y Latinoamérica— vivió una transformación. Artistas se convirtieron en mecánicos, activistas en cocineros y jubilados en marineros. La privacidad pasó a segundo término: hacinados dormían hasta cinco por cama, mientras comían apenas lo esencial, sacrificios que admiten se hacían “por un bien mayor”.

Todos cumplían su misión. Para Arlín Medrano era comunicar. A través de su “puerta al exterior”, como calificó a su teléfono celular, a diario actualizaba la información de su trayecto y motivaba a los usuarios en redes sociales a unirse a su causa. Días antes, hizo un llamado a la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que forma parte como estudiante, a presentar su posicionamiento y acciones en relación al cerco impuesto por Israel al territorio palestino. La nayarita se convirtió en una de las voces en español que más resonaba dentro de la flotilla.
Sin embargo, tras poco más de un mes de zarpar, la travesía marítima terminó. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel confirmó la intercepción de más de 10 navíos, los cuales fueron trasladados al puerto de Ashdod para iniciar los trámites de deportación a Europa de sus tripulantes, a quienes acusó de formar parte de la organización paramilitar de Hamas y de buscar provocar a las autoridades de Israel.
Los retenidos permanecen incomunicados, mientras se realizan los protocolos consulares y diplomáticos correspondientes.
Hoy, el Mediterráneo descansa de las voces estruendosas que se alzaron por Palestina, pero llevará consigo el eco de espíritu de lucha y solidaridad de cientos de personas que levantaron sus manos para brindar una luz de esperanza a una de las zonas más oscuras de nuestro planeta.
“La historia no somos nosotros. Recuerden jamás dejar de gritar por Gaza y por cualquier injusticia en el mundo”, fueron las palabras de Arlín en su último respiro en redes sociales.
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