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miércoles, octubre 8, 2025
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Pre-ocupaciones

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El sábado pasado, recibí la visita de un entrevistador del INEGI quien me hizo las preguntas que integran el cuestionario de la Encuesta Intercensal 2025…

Confieso que, las respuestas que di a las preguntas, me dejaron en claro las condiciones ―de vivienda y personales― de privilegio ―relativo pero al fin privilegio― en que vivo, sin carencia significativa alguna.

Casi de inmediato, esta constatación me condujo ―más allá de dar gracias a quienes corresponda―, a caer en la cuenta de que, dadas esas condiciones de vida sin carencias significativas a estas alturas de la vida, mis pre-ocupaciones están lejanas de las principales preocupaciones reflejadas en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública [ENVIPE 2025], a saber: inseguridad, salud, aumento de precios [la única que de alguna manera resiento], escasez de agua y desempleo…

Esta constatación me condujo también a tomar conciencia de que mis pre-ocupaciones principales no tienen que ver directamente conmigo, ni con mi familia, sino con nuestro país y, finalmente, a expresar en unas “palabras” algunas de mis pre-ocupaciones que, como toda preocupación, tiene que ver con algo presente, desde un horizonte de futuro, algo que, entre los seres de la naturaleza parece ser algo exclusivo de los seres humanos tal como Martín Heidegger lo mostró en su análisis ontológico del “Da-sein” cuya estructura temporal difiere de la estructura del tiempo cronológico [pasado-presente-futuro], siendo su eje rector el “futuro”, cuyas condiciones de posibilidad provienen del “pasado” y se deciden en el “presente”.

En esta ocasión ―desde esa postura crítica que llevo en mi ser, al parecer, “desde que me concibió mi madre” y que se ha desarrollado a lo largo de setenta años de vida― me referiré a unas pero-cupaciones que no nacieron en esta semana, pero que sí se reforzaron a partir de la lectura de columnas políticas y económicas en la prensa nacional, la cual se ha convertido hace tiempo en una de mis actividades cotidianas.

Pues bien, las pre-ocupaciones a las que me referiré en estas “palabras” son dos: una de carácter político y una de carácter económico; el de carácter político proveniente de un artículo publicado ayer en Reforma y el de carácter económico, ―publicado también ayer― en Milenio. [Sé que el mejor remedio para no tener este tipo de preocupaciones consiste en tomar distancia de medios de comunicación y redes sociales o, al menos, limitarse a las fuentes oficiales y oficiosas de información que suelen limitarse a mirar la realidad actual color de rosa que se hará más intenso con el paso del tiempo ―“léase: vamos bien e iremos mejor”―]

El primero, surgido “de la pluma” de Jesús Silva-Herzog Márquez que se titula “Autoritarismo de cabeza fría”, que inicia con una severa crítica al evento dominical realizado en el Zócalo capitalino, encabezado por la Presidenta Sheinbaum por considerar que se trató de “una movilización para rendirse homenaje a sí misma” y cuyo centro de sentido radica en la diferenciación que hace entre dos autoritarismos: el de AMLO y el de Sheinbaum ilustrados a partir de la reforma “amloniana” al Poder Judicial y la reforma “sheinbaumiana” a la Ley de Amparo.

Aquella, Silva-Herzog Márquez la compara con un machetazo, o un hachazo; esta, con un movimiento de relojería autocrática.

“El hachazo al poder judicial provino de una reforma tosca y brutal. No había en ella ningún diagnóstico. No había registro de lo que había que cuidar y de lo que era necesario cambiar. Se trataba, simple y abiertamente, de anular a un poder insumiso.”

“La reforma al amparo es otra cosa. No surge de la rabia de un rencoroso, sino del cálculo de una autócrata que no está dispuesta a dejar un hilo suelto. Quiere que la máquina de su poder tenga el camino abierto para imponer su voluntad. Está convencida que por su voz habla el interés de la nación y que todo aquel que discrepe es un potentado que defiende privilegios.”

Y, como buen intelectual, remite a una fuente teórica para sustentar su diagnóstico: una columna de Janan Ganseh publicada en “The Financial Times” sobre la segunda ola de populismos.

“A diferencia de los primeros populistas ―que se podrían considerar como disruptores estridentes’― [los segundos] son ordenados y saben sacar cuentas”, por lo que “por lo que podrían ser una amenaza mayor”.

El segundo, surgido de una pluma ―la de Gerardo Esquivel― menos lejana o, incluso, cercana a la 4T pero que parece seguir aquella locución atribuida a Aristóteles “Amicus Plato, sed magis amica veritas” [que traducida al “mexicano” actual podría decir “amigo de la 4T, pero más amigo de la verdad”].

Ese artículo lleva por título “Ya no espanten a la inversión” y ofrece un panorama pre-ocupante de la marcha de la economía mexicana que difiere sustancialmente del panorama oficial.

Esquivel inicia su artículo con unas frases contundentes en las que se contiene un panorama general y un diagnóstico en lenguaje metafórico: En este primer año de gobierno de la presidenta Sheinbaum la economía mexicana está aletargada, somnolienta, con muy escaso dinamismo” y lo finaliza con un consejo: “si queremos que la economía crezca en los años venideros, no queda más que ofrecer un consejo: ya hay que dejar de espantar a la inversión”.

En el cuerpo de su artículo, Esquivel pasa del lenguaje metafórico al lenguaje económico y comienza haciendo referencia, entre otras cosas, a las expectativas de crecimiento para este año: 0.5 la del sector privado y entre 0.5 y 1.5 la oficial y afirmando que ve “muy poco probable que alcancemos siquiera el límite inferior de dicho pronóstico”.

En relación con la inversión, hace mención de la caída del 6.8% de la inversión en los primeros siete meses del año en relación con el año anterior: 5% por ciento menos la privada y 22% la pública.

Yendo más allá de los datos, se pregunta qué es lo que está detrás de esta contracción y responde:

Hay dos factores explicativos posibles. “En el frente externo, las políticas de Trump están afectando a la inversión vinculada con la actividad exportadora. […] En el frente interno […], la reforma al Poder Judicial, la eliminación de órganos autónomos y la reciente reforma a la ley de amparo”.

Esas son de mis pre-ocupaciones que no tienen que ver conmigo, ni con “los míos”, sin con la marcha de nuestro país en tiempos de la 4T.

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