La llegada del nuevo obispo, monseñor Engelberto Polino Sánchez, fue recibida con alegría y gratitud por su antecesor, monseñor Luis Artemio Flores Calzada. El obispo saliente expresó su satisfacción por el relevo pastoral, que inicia formalmente a partir de este viernes en la Diócesis de Tepic.
En entrevista, Flores Calzada declaró sentirse “muy contento porque ahora ya tenemos nuevo obispo”. Señaló que para él llegó el momento de entregar la Diócesis y que, en lo posible, tratará de colaborar y apoyar a su sucesor “tal vez con un poco de orientación, un poco de acompañamiento”.
Especificó que, aunque deja la conducción de la diócesis, él continuará trabajando desde su experiencia episcopal. “Sigo siendo obispo; lo único que ya no tengo es la dirección. Pero puedo colaborar donde el nuevo obispo me necesite, sin interferir en su labor principal”, añadió.
Monseñor Flores Calzada dijo sentir un gran cariño por la comunidad nayarita, tras más de 13 años de servicio pastoral en la región. “Siento a la Diócesis de Tepic como mi casa y a sus habitantes como mi familia. Me voy contento y me quedo contento, porque planeo seguir viviendo aquí en Tepic”, afirmó.
Resaltó que, a lo largo de su gestión, se impulsaron proyectos en favor de la fe y el bienestar social, buscando siempre vivir en fraternidad y “dejar atrás la violencia”.
Finalmente, se dijo agradecido por lo que Nayarit le ha brindado, destacando la belleza natural del estado. “Nayarit es un lugar muy hermoso, con playas, montes y tierras fértiles (…) Nayarit es un paraíso”, concluyó.



