
“La urbanidad en las relaciones políticas es requisito para la convivencia política”
Jesús Reyes Heroles
El diálogo, la construcción de acuerdos, la deliberación pública, son componentes deseables en la esfera política. Avanzar en ese espacio exige civilidad; esta debe concebirse como muestra de respeto mutuo. Cuando se logra la reunión de tales condiciones, lo que surge es un escenario de concordia y, cuando esta se manifiesta en el terreno político, la resultante es concordia democrática. El concepto este último, es al que se ha referido el Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero con motivo de la carrera hacia la sucesión de 2027. Son palabras que reflejan el compendio de toda una vida dedicada a servir a los demás, por medio del diálogo, del respeto, del acuerdo, del ánimo incluyente y del talante contemporizador.
Existe un referente etimológico y mitológico en el concepto de concordia. La etimología nos remite a los componentes que nos hablan de “un solo corazón”. De esa manera el vocablo con conecta con la idea de la idea de acuerdo, de armonía, de unidad de propósitos. En cuanto al referente mitológico, la diosa Concordia es lo que para los griegos era la diosa Harmonía. Esta era hija de Ares y de Afrodita, el primero dios de la guerra y la segunda diosa del amor. De ahí lo interesante del concepto, que nos habla de una existencia dialéctica, que nos muestra unidad y lucha de contrarios, la guerra y el amor, que acuerdan entre ambos un plano de coexistencia pacífica.
Esa coexistencia implica acuerdo y, por tanto, diálogo mutuamente respetuoso. Construir acuerdos no implica pactar lo que no se va a cumplir, como ocurrió con el Tratado de Versalles. Construir acuerdos exige cumplirlos, exige que las partes hagan aquellos a lo que se han comprometido. Este tipo de acuerdos, exigen una paz activa, no paz simulada o con cuchillos tras las espaldas de los abajo-firmantes.
Construir acuerdos tampoco significa capitulación incondicional a las aspiraciones por parte de todos. Eso es absurdo, grotesco e irrealizable. Construir acuerdos nos remite a la idea de la concordia, al escenario en donde las contradicciones se respetan y se muestran con claridad. Construir acuerdos nos sirve para procesar las bases de la unidad fundamental. La unidad fundamental ya era proclamada como ruta política por Mariano Otero, a mediados del siglo XIX. Esa unidad fundamental es la unidad que respeta a la disidencia, que respeta a las diversas formas de pensar. La unidad fundamental es la que privilegia los acuerdos y respeta los ámbitos del desacuerdo. La unidad fundamental es unidad en la diversidad.
El respeto al desacuerdo es tolerancia. La tolerancia debemos entenderla como muestra de humildad ante la vastedad del conocimiento y de la infinitud de la sabiduría. La tolerancia no es paciencia franciscana, no es muestra de estoicismo ante la opinión diversa a la de uno mismo. Tolerancia no significa “soportar” al que piensa distinto, sino apoyarlo y promoverlo. La tolerancia es comprensión de las opiniones diferentes y reconocimiento de los alcances y limitaciones de uno mismo en el plano de las ideas. Esa tolerancia tiene límite: sólo la intolerancia es intolerable.
¿Cuál es la razón por la que el mandatario estatal Navarro Quintero alude a esa concordia democrática?, ¿por qué el gobernante nayarita habla de civilidad? La respuesta es sencilla: la sucesión gubernamental está en curso.
Hay quien podría considerar que los tiempos se han adelantado. No es así. En política, el calendario electoral solamente tiene dos días: el del inicio y el del final. Para darnos una idea de lo que aquí se trata, procede recordar algunas palabras (no textuales) pronunciadas por el ex gobernador Emilio González. El Viejo Emilio dio inicio a su periodo de gobierno el 19 de septiembre de 1981. Fue la primera ocasión en que el periodo de gobierno inició ese día del respectivo año, el 19 de septiembre. Las fechas habían sido modificadas por el gobernador Rogelio Flores Curiel. Ese día, a un numeroso grupo de amigos, Emilio les dijo: ‘La sucesión empieza el primer día de gobierno’. Es verdad: el primer día de gobierno inicia la cuenta regresiva. Cada día al frente del gobierno, es un día menos en el ejercicio del mandato.
El mandato constitucional del doctor Navarro dio inicio el 19 de septiembre de 2021. Ese mismo día dio inicio la sucesión gubernamental. Lo sabe el Gobernador Navarro y por eso la pertinencia de sus palabras, por eso lo oportuno de su llamado.
El gobernante del estado llama a proceder honrando la concordia democrática. Eso significa que el proceso político debe sujetarse a lo que dispone la ley, aunque también a lo que dispone la lógica y las reglas de la acción política. La concordia democrática reconoce el derecho de todos a buscar la oportunidad de servir desde el poder público. La concordia democrática implica que los diferentes pueden aspirar a un mismo cargo. La concordia democrática implica deliberar y hasta debatir en torno a los temas de interés público. La concordia democrática, no obstante, exige, requiere, tiene como condición sine qua non, el respeto recíproco. Sin respeto mutuo la concordia es imposible.
El debate debe ser civilizado, racional y de ninguna manera, lleno de furia o del veneno que carga la discordia. Son numerosas las veces en que ataques, discordia o furia, se siembran por los epígonos, corifeos, por los aduladores que rodean a una figura política.
Las aspiraciones electorales de unos no deben manifestarse lastimando a otras personas, ha dicho el gobernante de Nayarit. El jefe del Ejecutivo nayarita, Navarro Quintero, ha llamado a que no se afecte el desarrollo del estado mediante acciones concebidas para ganar postulaciones a toda costa. Quienes tengan propuestas deben contrastarlas con las de los demás, con respecto, sin ánimo de ofender. Esas propuestas, esas aspiraciones, deben sujetarse a los dictados de la ley.
Las palabras del mandatario estatal, Navarro Quintero, son oportunas. Como él mismo lo señala, atravesarse a tales aspiraciones no tiene sentido.
¿Qué hacer? Lo que procede en este caso, es que los aspirantes se sujeten a las reglas del juego que ex profeso sean creadas por las diferentes siglas que podrían postular a los prospectos. Hasta ahora parece que los aspirantes lo son de manera independiente, parecen huérfanos. Esta sugerencia aplica para potenciales aliados como Morena, PT y PVEM. Otras expresiones que se identifican más con las siglas del PRI, el PAN o MC, hasta ahora parecen contenidos por sus representantes o sencillamente no hay nada que contener.
La proclama del Gobernador Navarro Quintero es oportuna y pertinente. El titular del Poder Ejecutivo en el estado no es jefe de partido, aunque sí es responsable político del estado y debe mantener el clima de gobernabilidad democrática que Navarro Quintero, con tanto celo, ha construido y resguardado. La proclama procede para todas las siglas. Civilidad y concordia democrática, unidad fundamental, legalidad, respeto, ánimo incluyente y talante contemporizador: todo eso y más se desprende de las palabras del mandatario.



