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viernes, diciembre 5, 2025
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Entre mar y selva, Chacala se vuelve sala de cine

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La tercera edición del festival de cine mezcla naturaleza, voces diversas y espíritu colectivo en una experiencia única frente al Pacífico

Chacala amaneció hoy con un brillo distinto, más radiante de lo normal. No es sólo el sol derramándose sobre la costa nayarita, es el inicio de la Tercera Edición del Festival de Cine de Chacala 2025, un encuentro que, desde su nacimiento en 2023, se ha convertido en uno de los rituales culturales más entrañables del Pacífico nayarita.

Más que un festival, Chacala vive estos días como una celebración comunitaria. Todo comenzó hace más de dos décadas con el proyecto cultural y sustentable Chacala Pueblo Hotel – Pueblo Galería, un espacio donde el arte, el diálogo y la participación colectiva sembraron raíces profundas. Hoy, esas raíces florecen en una fiesta de cine al aire libre, gratuita, abierta a familias, juventudes, visitantes y a cualquiera que quiera sentarse frente a la pantalla para compartir historias.

Este año, del 4 al 6 de diciembre, la playa, la selva y la plaza se vuelven salas vivas donde las imágenes dialogan con el rumor del mar. A esta experiencia se suma la participación del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) y de Contra el Silencio, Todas las Voces, dos referentes nacionales que fortalecen el espíritu colaborativo del encuentro y amplían el mosaico de voces que resuenan en Chacala. Junto a ellos, el Archivo Manuel Ramos, el Hotel Majahua y La Casa de los Árboles de Apizaco se convierten en cómplices esenciales para hacer posible esta celebración cinematográfica frente al Pacífico.

Además, el festival expande su alcance a través de Cine en Red con los Ecomuseos de Nayarit, una ruta de exhibición comunitaria diseñada para sembrar el interés por el cine entre niñas, niños y jóvenes de diversas regiones del estado. Las funciones, acompañadas por procesos de mediación y una curaduría especializada en públicos escolares y comunitarios, contarán con el apoyo del GIFF y Contra el Silencio, Todas las Voces. Este esfuerzo fortalece la dimensión comunitaria del festival, amplía su impacto territorial y construye puentes entre cine, memoria y territorio, descentralizando el acceso a contenidos culturales en Nayarit.

La fiesta abrió el jueves con la inauguración a las 5:30 pm, seguida por el cortometraje “Buenos días, Margarita”, una historia mexicana recién salida del 2025. En la Plaza de Chacala, niños correteaban entre las sillas mientras el cielo cedía paso al primer encendido de la pantalla.

El ritmo subió con Levantamuertos: Cumbia for the Dead y cerró la noche con La edad del agua, una coproducción México–Estados Unidos que, en 1 hora con 16 minutos, invita a reflexionar sobre el recurso más sagrado del planeta.

El segundo día llega cargado de emoción, de nueva cuenta a las 5:30 pm, el festival rinde un homenaje al actor nayarita Joaquín Cosío, una figura indispensable del cine nacional, reconocido por su versatilidad en la interpretación de diversos personajes, desde roles dramáticos hasta cómicos, tanto en cine como en televisión.

Las proyecciones del viernes abrazan desde relatos infantiles, como Carey y el hijo del Rey Neptuno, hasta clásicos contemporáneos como “Pastorela”.

Entrada la noche, el programa se mueve entre la Plaza de Chacala y el espacio Majahua Mar, donde se exhibirán títulos como La puntada firme, Río negro y Juan Mariné, entre luz y sombra. Ya de madrugada, casi como un secreto compartido, llega Al Oeste, en Zapata, una coproducción Cuba–España que cerrará el día a la 1:50 am.

La clausura del festival comenzará el sábado a las 5:30 pm, seguida por la película “Negra”, un documental que se ha convertido en referencia sobre identidad, memoria y resistencia.

Más tarde, Semillas, el legado de la tierra aportará una mirada íntima a la relación entre comunidades y territorio. A las 8:30 pm, el público podrá disfrutar de un diálogo entre Joaquín Cosío y Raúl A. Méndez Lugo, antes de la proyección final: “La dictadura perfecta”, que cerrará el festival en el Hotel Selva Majahua, con registro previo.

En Chacala, el cine no sólo se mira, se comparte. Cada aplauso, cada carcajada, cada silencio colectivo se mezcla con las palmeras, la brisa marina y el murmullo de la selva. El festival es un recordatorio luminoso de que las historias, las nuestras, las de otros, las que aún no se escriben, nos conectan y nos sostienen.

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