“El autoritarismo es un sistema de gobierno, donde el poder se ejerce de manera absoluta a través de un líder único o una élite única. Ejercicio de mandato que se obtiene a base de imponer desde el poder, un sistema de leyes que favorezcan a su partido y al gobierno manejado por el líder o por la élite. Limitando, por tanto, las libertades individuales, así como también toda decisión autónoma.” Literatura sobre el tema.
SU EXPRESIÓN EN LA VIDA DIARIA
Su expresión en la vida diaria, se hace con el uso velado o abierto de la fuerza. Como con la amenaza permanente de los órganos que procuran e investigan las faltas administrativas, económicas, fiscales o penales.
E igualmente, con un control nada disimulado de los entes que imparten la justicia.
Con fuerte influencia y decisión en el poder que tiene facultad para legislar.
Creando, como lo hicieron España y Venezuela, Cuba y Nicaragua, incluso sistemas de Guardias Civiles o Republicanas – el nombre es lo de menos -.
ESTAS ACCIONES
Todas estas acciones en los autoritarismos, tienen una finalidad muy clara: tener el control total de las personas, sus actividades, profesionales o de tipo político. Dominando para más control, todos los sistemas de comunicación, a través de pagos, favores o con la escucha clandestina.
Para frenar la actividad política de los partidos de oposición.
De los individuos y sus organizaciones políticas.
Como de las libertades democráticas, que consagran todas las constituciones.
Lo hacen también con las organizaciones económicas, profesionales, empresariales, financieras, de comunicación social e incluso de promoción de los Derechos humanos.
Disponiendo discrecionalmente del manejo del aparato de justicia, seguridad, investigación de faltas administrativas, económicas y de los delitos.
Apoyándose incluso para estos fines, en las fuerzas armadas. A las cuales cooptan a través de proporcionarles control de empresas u otro tipo de manejos en la economía del Estado.
CUANDO SÓLO HABÍA PERIÓDICOS
En la época de los medios solamente impresos.
Lo hacían y aún lo hacen, limitando, condicionando o presionando a los medios de comunicación y a los y las comunicadores.
A las revistas impresas.
A la publicación y repartición de todo tipo de impresos o volantes.
EN LA ACTUALIDAD
También lo hacen, con los académicos que hacen análisis sociales, culturales, cinematográficos, políticos, de programas del gobierno o incluso análisis de tipo histórico. Con los grupos representativos de la juventud, que, de acuerdo con su visión, expresan ideas de mejoras y cambios. Que buscan expresarse en mítines o incluso manifestarse. E igual a los grupos representativos de los estudiantes. Esto lo hacen este tipo de gobiernos y gobernantes.
Con las empresas de radio.
Televisión.
Internet.
Como con todo tipo de medio impreso de circulación diaria, semanal, quincenal, mensual o en revistas de todo tipo.
SU JUSTIFICACIÓN
El autoritario, como el autoritarismo, pretende “justificar” su actuación.
Diciendo que todas sus acciones y medidas tienen la finalidad de “preservar el orden”-
De cuidar la paz pública.
Garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Así como la sana convivencia de la sociedad.
Defendiendo la moral y las buenas costumbres.
Imponiendo una “supuesta moral”, a la que le ponen un nombre, pero que refleja sólo la continuidad de su sectarismo ideológico y político.
PERSONALIDADES DOMINANTES
Estos gobernantes o élites, son en realidad personalidades dominantes. Que hacen publicidad para que el pueblo – sobre todo el pueblo de baja preparación y casi nula economía -, les crea, que los beneficios sociales, de salud, educación, servicios o de obra pública, son mérito del que gobierna. Sin aclarar que toda acción, programa o inversión pública, es producto de los impuestos que paga el pueblo.
Incluidos desde luego, los programas sociales. Cuando aquéllos, salen de los impuestos que paga todo el pueblo, la industria, el comercio, el turismo, los servicios. Los centros de trabajo, minería, agricultura, pesca, ganadería, silvicultura, lo que se recolecta en aduanas, son ingresos que generan los gobernados y no los gobernantes. Que incluso de esos ingresos viven la burocracia. Los trabajadores de confianza. Los representantes populares, sin excepción. Y desde luego, todos los gobernantes.
