Houston es una ciudad hecha para conectar. Su área metropolitana —una de las más grandes de Estados Unidos— concentra industrias, migraciones y rutas aéreas que cruzan continentes. Desde ahí se vuela al mundo. Y desde el sábado 20 de diciembre, también se vuela directo a Tepic.
Para estar en ese primer vuelo había que llegar antes. Un día previo viajé de Puerto Vallarta a Houston. Esa noche, como marca la tradición local, cené exquisitas costillas BBQ al estilo texano, una experiencia que explica por qué la cocina del sur de Estados Unidos forma parte de su identidad. Era el preámbulo de un viaje especial.
Muy temprano, el sábado, llegué al Aeropuerto Intercontinental George Bush, uno de los principales centros de conexión aérea del planeta y base operativa de United Airlines. Ahí saludé a Raúl Lomelí, gran amigo, mexico-americano, hijo de migrantes nayaritas, empresario y líder latino en Estados Unidos, residente de San Antonio, Texas. Raúl celebró la apertura del vuelo a la tierra de su origen y comentó que en unos días más tomará esta misma ruta para reunirse con su familia en Tepic. Su reacción confirmaba que esta conexión no es solo turística: es también un puente con la comunidad migrante.
En las pantallas de salidas, Tepic apareció listado junto a destinos como Tokio, Toronto, Washington y Tegucigalpa. No había notas al pie. No había explicaciones. Solo el nombre, integrado al flujo normal de los grandes destinos internacionales.
La puerta C-34 fue asignada para el vuelo inaugural Houston–Tepic. Ahí se realizó un acto significativo: mensajes breves de directivos de United en Texas, el corte de listón y un montaje con artesanías, información turística de Nayarit y refrigerios gratuitos para los pasajeros.
Abordamos un Embraer 175, de fabricación brasileña, con capacidad para 76 pasajeros, que despegó con solo algunos asientos vacíos, reflejo del interés generado desde su primer día. A mi lado viajaba Miguel, ingeniero tepiqueño egresado del Tecnológico de Tepic, hoy residente en Kentucky. Se dedica al mantenimiento de equipos médicos hospitalarios y, tras cumplir una tarea en Houston, aprovechó este vuelo inaugural para regresar directamente a casa y pasar las fiestas navideñas con su familia. Historias como la suya explican el valor real de esta conectividad.
El despegue tuvo un retraso menor. El vuelo, de poco más de dos horas y media, transcurrió estable y sin turbulencias. Desde el aire se distinguieron Monterrey y el Cerro de la Silla, el desierto de Sombrerete, Zacatecas, la Sierra del Nayar y el cauce del río Grande de Santiago, una postal completa del territorio mexicano y nayarita.
Durante la maniobra de aterrizaje, el avión sobrevoló Compostela y, a lo lejos, se alcanzó a ver la Bahía de Matanchén, mientras la aeronave realizaba la vuelta necesaria para alinearse con la pista del Aeropuerto Tepic–Riviera Nayarit.
Al tocar tierra, el avión de United fue recibido con el tradicional bautizo de agua, realizado a los vuelos inaugurales por los bomberos del aeropuerto. Al descender, la Secretaría de Turismo de Nayarit tenía preparada la recepción: jóvenes con trajes típicos, música y un personaje caracterizado como “judío borrado” de la Semana Santa Cora, integrando identidad y hospitalidad a los primeros pasajeros.
Este vuelo Houston–Tepic–Houston operará todos los sábados durante la temporada invernal y consolida una nueva etapa para el aeropuerto. Es el tercer vuelo internacional que se inaugura en el año. En julio fui también pasajero del vuelo inaugural Tepic–Los Ángeles–Tepic de Volaris, que hoy mantiene tres frecuencias semanales. Y el pasado 13 de diciembre, la aerolínea canadiense WestJet inició operaciones con la ruta Calgary–Tepic–Calgary, la cual también volará los sábados.
A la llegada fue evidente otro avance: procesos migratorios y aduanales más ágiles, mejor coordinación y tiempos razonables. El siguiente paso: concluir y poner en operación la nueva y moderna terminal del Aeropuerto Tepic–Riviera Nayarit, actualmente en construcción, para que la infraestructura esté a la altura del crecimiento que ya se vive.
Nada de esto ocurrió por inercia. La llegada de estos nuevos vuelos a Tepic es resultado de una gestión directa y sostenida del gobernador Miguel Ángel Navarro, quien planteó desde el inicio de su administración que Nayarit debía integrarse a los circuitos internacionales de turismo, negocios y movilidad, con el respaldo del Gobierno de México y acompañado por una red de autopistas que hoy conecta al aeropuerto con la capital y las principales zonas turísticas.
El vuelo del sábado 20 de diciembre fue la constatación de que una política pública bien gestionada puede traducirse en hechos visibles. Tepic apareció en las pantallas de Houston porque Nayarit decidió dar el salto y ocupar, con rutas reales y pasajeros a bordo, su lugar en el mapa internacional.
