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sábado, agosto 2, 2025
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¡Qué final de la Final!

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Por José Luis Olimón Nolasco

No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue, reza un refrán popular, así que, en el caso de la Copa del Mundo Catar 2022, el plazo se cumplió y la fecha se llegó.

¿Cuál plazo? ¿Cuál fecha? El plazo y la fecha para conocer —después de casi un mes de competencia [del domingo 20 de noviembre al domingo 18 de diciembre]— al equipo campeón.

De acuerdo con las colaboraciones previas, el título de estas “palabras” bien podría haber sido: “Ya no’más me queda uno”, pero los minutos finales del partido por el título entre las selecciones de Francia y de Argentina alcanzaron tal densidad y emotividad, que decidí denominarlas ¡Qué final de la final!

Sin embargo, como en la colaboración anterior, todavía quedaban cuatro de treinta y dos selecciones: Argentina, Croacia, Francia y Marruecos, parece pertinente dedicar algunas palabras a los dos encuentros de semifinales, así como al ordinariamente menospreciado partido por el tercer lugar.

En el primer partido de semifinales, la selección albiceleste logró calificarse a la final al disputar su cuarta final anticipada [desde su segunda participación contra la selección mexicana cada partido lo disputó bajo riesgo de eliminación en caso de ser derrotada] venciendo a la selección croata con un contundente 3-0 iniciado con un penalti —polémico como casi todos los que se marcaron en favor de la bautizada como “Scaloneta”— cometido contra Julián Álvarez y anotado por Lionel Messi, con una fuerza poco habitual en su forma de cobrar penas máximas; proseguido con una anotación del propio Julián Álvarez y completado con uno de los mejores goles de todo el torneo, anotado, de nuevo, por el 9 argentino a pase del 10 que había hecho una más de sus genialidades frente a uno de los mejores defensas del mundial: el croata Josko Gvardiol.

En la segunda semifinal, se pudo ser testigo del triunfo de la oncena gala frente a la selección más sorprendente del campeonato: la selección marroquí que opuso batalla hasta el final, pero que fue incapaz de anotar en varias ocasiones en que estuvo cerca de hacerlo e incapaz de evitar dos anotaciones en las que estuvo involucrado quien a la postre obtendría el “botín de oro” como campeón goleador con ocho goles: Kylian Mbappé: el primero anotado por Theo Hernández y el segundo por Kolo Muani.

Esta vez, el partido en que se disputaba el tercer lugar tuvo un atractivo especial ya que serviría para ver si la oncena marroquí sería capaz —una vez que se le había cerrado la posibilidad de acceder a la final y, eventualmente, al título— de hacerse del trofeo del tercer lugar y de las medallas correspondientes, o bien, si los croatas alcanzarían, por segunda ocasión, el tercer lugar, una vez que les resultaba imposible ya ratificar el subcampeonato alcanzado en el mundo de Rusia 18, así como la posibilidad de alcanzar, por vez primera, la Copa del Mundo…

El gol tempranero —obra del antes mencionado Josko Gvardiol— de los croatas condicionó el resto del partido, el cual, sin embargo, ofreció un buen espectáculo a lo largo del primer tiempo, hasta que cayó el segundo gol de los eslavos del sur por medio de Mislav Orsic… El segundo tiempo bajo de intensidad y de calidad ya que los croatas recurrieron a su mayor experiencia y los marroquíes fueron incapaces de anotar, a pesar de los esfuerzos desplegados, por lo que tuvieron que conformarse con un cuarto lugar que debe ser considerado como un logro importante…

Con ello, el escenario quedó preparado para la gran final, en la que ambas selecciones —Argentina y Francia— buscaban alzar, por tercera ocasión, la Copa de la FIFA y con ello colocarse solo por detrás de las selecciones de Brasil, Alemania e Italia en cuanto al número de campeonatos del mundo obtenidos, además de que los franceses buscaban también convertirse en el tercer seleccionado en obtener dos Copas del Mundo consecutivas y Argentina, que su estrella Lionel Messi pudiera añadir ese logro a su amplísimo palmarés, además de acallar las voces que le exigían ese triunfo para reconocerle su lugar en los más alto del “Olimpo del futbol” junto con Pelé y Maradona o, incluso, por encima de ellos.

El planteamiento inicial propuesto por Lionel Scaloni —un 4-3-3 con Ángel di María por el costado izquierdo— no solo desactivó el modus ludicus eficaz desarrollado por la escuadra dirigida por Didier Deschamps a lo largo del torneo, sino que, relativamente pronto y, de nuevo por medio de un penalti polémico cobrado por Lionel Messi, se adelantó en el marcador y, antes del final del primer tiempo, con otro gol de manufactura magistral anotado por Di María, aumentó la distancia sin que los franceses, a pesar de haber hecho dos cambios antes del medio tiempo y de haber tenido los quince minutos de descanso para replantear el partido, pudieran oponer verdadera resistencia, ni despertar alguna esperanza en sus seguidores, dejando una sensación de que esta final que tanto prometía, sería una de las menos disputadas y emocionantes…

Mas, de pronto, salió del campo Ángel di María y, pocos minutos después, Didier Deschamps se jugó “su resto” haciendo dos cambios más, saliendo del campo de juego Theo Hernández y Antoine Griezmann y entrando en su lugar Eduardo Camavinga y Kingsley Coman y ¡todo cambió!

Francia empezó a presionar y menos de diez minutos después ya había reducido la ventaja argentina después de un penalti polémico más —esta vez marcado a favor de los franceses— cobrado y anotado por Mbappé, quien, apenas un minuto después, anotaría su segundo gol en el partido, esta vez, después de una extraordinaria jugada de pared culminada con un tiro contundente imposible de detener para el arquero argentino.

Lo que parecía imposible, se hizo realidad: Francia logró empatar el partido, el cual se extendió hacia los tiempos extras en los que, de nuevo, los dos astros más relevantes del partido y del mundial consiguieron sendas anotaciones que llevaron al final de los tiempos extras con un empate a tres, por lo que el campeonato del mundo habría de dirimirse, como en dos ocasiones anteriores, en serie de penales.

Los primeros en cobrar y anotar serían Mbappé y Messi. Después, vendría la debacle francesa con dos penaltis consecutivos fallados y la contundencia argentina: cuatro penales cobrados y todos anotados, los cuales dieron a la selección albiceleste su tercera Copa del Mundo y a Lionel Messi, su trofeo más anhelado y más dolorosamente obtenido…

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