Las terapias de conversión son actualmente una realidad que no puede ocultarse, que se han practicado todo el tiempo de manera disfrazada; psicológicas y grupos de autoayuda son los principales métodos que son contrarios al libre desarrollo de la personalidad, reiteró Omar Cordero Hernández, secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Inclusión de Personas con Discapacidad.
“¿Cómo se da?, los familiares, cuando detectan que una persona es parte de la comunidad LGBT+, alguien les confiesa que es gay, lesbiana o que se identifica como una persona transgénero, transexual, lo empiezan a llevar a terapias psicológicas porque creen que es una enfermedad, creen que es un trastorno, los llevan a grupos de autoayuda religiosa dependiendo de las creencias, todo eso empieza a violentar y a vulnerar los derechos de la persona porque no la dejan desarrollar su libre personalidad y vulneran sus derechos, sus derechos hacerlo creer que está mal, que es dañino, que tiene que cambiar su forma de vida, y nos pasó justo hace días, se iba a dar una capacitación a una escuela en tema de inclusión y una docente se me acercaba y me decía de hacer una plática porque tanto es este mito de que las persona LGBT+ o están enfermas o están malas, que una persona en etapa adolescente se está confesando LGBT+ y antes de confesarlo pide perdón porque ve que está dañando a la familia, porque cree que está haciendo mal las cosas”.
Consideró que debe de trabajarse en esos comportamientos, de esas creencias que provocan en los jóvenes, principalmente, algún tipo de depresión o lleguen lamentablemente al suicidio: “ Si es una persona trans sabemos que debemos dar un acompañamiento clínico, psicológico en el tema de la atención para el tratamiento hormonal que va a llevar pero hasta ahí, no para que cambie su identidad no para hacerlo sentir mal, no para reprocharle alguna situación”.
El funcionario estatal reiteró que las terapias de conversión se dan a lo largo y ancho del estado y se tienen plenamente identificados fenómenos que vienen a agudizar y a pisotear los derechos humanos de las personas de la comunidad LGBT+, un tema en el que se debe trabajar con mayor fuerza.