“Lo más difícil de aprender en la vida, es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar”
Bertrand Russell
Por Ernesto Acero C.
DOBLE LECTURA AL DESPLEGADO DE LA LEALTAD.
Los gobernadores que encabezan el proceso transformador de México, sin titubeos, han reiterado su lealtad al proceso de cambios que se registra en el país. El Gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, ha suscrito el Desplegado de la Lealtad. Esa lealtad democrática ahora ha trascendido las fronteras del país.
Gobernadores del país han cerrado filas en torno al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. La manifestación de respaldo se da como respuesta a los ataques desatados por Dina Boluarte. La señora mencionada fue la punta de lanza de un golpe de estado en Perú, revestido de aparente legalidad.
Como lo señala el desplegado, el Presidente Pedro Castillo “fue separado de su cargo ilegalmente y encarcelado injustamente”. Los hechos, ocurridos el siete de diciembre de 2022, han llevado a la ingobernabilidad y a la violencia a esa nación que ha sufrido durante toda su existencia, por malos gobiernos.
Ante el golpe de estado, el respaldo manifestado por el Presidente López Obrador, al Presidente Pedro Castillo, fue inmediato. Ese respaldo al Presidente Pedro Castillo no ha cedido. La señora que ha usurpado la administración de esa nación sudamericana manipuló a varios integrantes del Congreso peruano, para que se declarase persona “non grata” al Presidente de México.
Ante esos lamentables hechos, sin titubeo alguno, los gobernadores afines a la Cuarta Transformación (4T), han dado a conocer un desplegado para manifestar su total respaldo al Presidente de México. Derivado de la ofensa lanzada por algunos congresistas y por la señora Boluarte, la reacción de los gobernadores ha sido contundente: “también pueden declararnos personas non gratas”. Se trata de un acto de defensa de la investidura presidencial y muestra de lealtad hacia una figura que ha empezado a abrir las puertas de la democracia en México.
Los Gobernadores de la 4T han dejado en claro su rechazo a toda señal de actos racistas, clasistas “y de toda forma de discriminación”. En este caso, en el del golpe de Estado en Perú, se deja entrever como se trasgreden “los principios de la democracia y la soberanía popular”. El golpe de Estado en Perú no es solamente un acto movido por intereses políticos, económicos o ideológicos. En este caso se añade al golpe de estado, el odio contra los pueblos originarios y el desprecio a gobiernos que puedan ser encabezados por uno de sus representantes que, en este caso, es Pedro Castillo.
El drama ha sido continuo para los peruanos, desde la llegada de los españoles. Esa nación también fue devastada por la presencia de la viruela y por la bárbara violencia desatada por los españoles durante la cruenta conquista y la dura etapa colonial. Los golpistas son herederos de esa “tradición” maldita.
Ese país ha tratado de transitar a la democracia y también es víctima de las resistencias de los emisarios del pasado. A fines del siglo pasado, arribaron al gobierno de Perú, figuras como Fernando Belaúnde Terry y Alan García, que no lograron consolidar instituciones democráticas. Luego llega al gobierno Alberto Fujimori, que desata una ola de violencia y donde la corrupción se convirtió en su signo igualmente sombrío, tenebroso.
Con una historia gloriosa, Perú no ha logrado mantener un clima de estabilidad que permita a sus habitantes acceder a niveles de bienestar constantemente crecientes. Víctima de la devastación de la conquista, luego convertida en una nación sacrificada en los procesos “civilizatorios” de la colonia. Más adelante, tras la independencia, los intereses externos han sido una constante y principal ingrediente de gobiernos corruptos y autoritarios, desde su aparente origen democrático, hasta los de corte francamente militar. La sociedad peruana ha sido azotada por los furiosos vientos de la corrupción, de la violencia militar, y todo eso promovido desde el exterior. El golpe militar ha contado con el apoyo de traidores criollos como los conservadores qué, como en México, nunca faltan.
Ahora, desde el Congreso de ese país, la violencia y la nueva oleada de corrupción se instalan una vez más en su Presidencia. Un acto evidentemente de violencia, de nueva forma de violencia, se muestra en el golpe de Estado que se promovió desde los sectores más conservadores del Congreso de ese país. De ahí el golpe de Estado del que ha sido víctima Pedro Castillo.
Derivado de eso, y fiel a su tradición, el gobierno de México, no ha dejado de mostrar su solidaridad con el presidente Pedro Castillo. La reacción no se hizo esperar desde el inicio de la crisis peruana. Los sectores golpistas en Perú se han atrincherado en una aparente “legalidad” para apropiarse de la administración pública, para empezar.
Naturalmente, los golpistas están destinados al fracaso más sonoro. Los procesos democratizadores son una exigencia racional. Aparentar democracia, implica aparentar resultados de la democracia. Cuando la democracia se aparenta, también se aparentan los resultados, no se tienen en la vida cotidiana. Fingir democracia, peor todavía, conlleva retardar los verdaderos procesos democratizadores.
Esa simulación democrática ha empezado a revertirse en México. Los pactos que se hacían en el nombre de México, con aparente buena voluntad y por supuestas convicciones democráticas, se convirtieron en simple y vil red endogámica. Ahora se inicia un proceso que no será fácil de concretar. Se requiere de lustros, de décadas, para transformar, para refundar o sencillamente para fundar nuevas instituciones: las instituciones democráticas.
Con la divulgación del contenido del Desplegado de la Lealtad, se deja en claro el rumbo de los cambios que se consolidan en el país. Se trata de una Lealtad Republicana, de una Lealtad Democrática, que lleva a los gobernadores de la 4T a cerrar filas en torno a un Presidente que debe saber que el movimiento transformador, es una aspiración social, que trasciende fronteras.
En esas condiciones, el gobernador Navarro Quintero suma calidad política, fuerte contenido moral y altura de miras, a un proceso que está condenado a la victoria. Una de las lecturas de mayor relevancia se relaciona con la construcción del futuro cercano. La mejor política exterior radica en una buena política interior. En el caso que nos ocupa, la política exterior es manifestación de política interior. El cierre de filas hacia el exterior, también es una muestra de consecuencias políticas. El 2024 está a la vista.