Por Salvador Cosío Gaona
“Vamos a inaugurar esta gran obra de 1.554 km en diciembre, llueva, truene o relampaguee”, prometió hace siete meses Andrés Manuel López Obrador.
Finalmente, el presidente mexicano inaugura parcialmente este 15 de diciembre el Tren Maya, su proyecto más emblemático y con el que aspira a impulsar el desarrollo económico en el sureste del país, donde se concentran algunas de las regiones más pobres.
Este viernes empieza a funcionar menos de la mitad del trazado que recorre la península de Yucatán, solo cinco años después del inicio de obras y antes de que López Obrador deje su cargo en 2024. El propio mandatario reconoció que se inaugurará con “algunos faltantes, ajustes”, aunque “no en seguridad ni lo fundamental”.
Muchos ansían volver a ver en México trenes de pasajeros como los que dejaron de circular a finales del siglo pasado. Pero su construcción ha estado también plagada de polémicas y múltiples cambios sobre el plan inicial que triplicaron el presupuesto de este megaproyecto hasta superar los US$28.500 millones. Y todo ello, subraya el gobierno, sin capital privado ni extranjero.
Las mayores críticas se enfocaron sobre el tramo más cercano a la conocida y turística Riviera Maya. El tren se adentrará allí a través de la selva considerada el segundo pulmón forestal de América Latina —después de la Amazonía— y sobre uno de los mayores sistemas de cuevas sumergidas del mundo, lo que llevó a ambientalistas a tildar el proyecto de “ecocidio”.
Este impacto sobre la naturaleza hizo que se interpusieran decenas de recursos judiciales que paralizaron temporalmente las obras en varios momentos. Pero el proyecto fue clasificado por el gobierno como “de interés público y seguridad nacional” y los trabajos continuaron adelante.
“No hay ningún país del mundo con un proyecto como el Tren Maya”, presumió el presidente mexicano. “Es un orgullo de nuestra ingeniería civil y militar”, agregó.
En BBC Mundo se realizó un ejercicio y el resultado es estos 5 datos que explican la magnitud de la obra.
- US$28.500 millones de presupuesto
El Tren Maya circulará por algo más de 1.500 km de vía férrea que atravesará los estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que contarán con una veintena de estaciones y 14 paraderos más pequeños.
El recorrido se divide en siete segmentos. Este 15 de diciembre solo se abrirá el que circula entre Campeche y Cancún en los tramos 2, 3 y 4. El que une Campeche con Palenque, en Chiapas, se inaugurará el 31 de diciembre. Los tres restantes no iniciarán operaciones hasta el 29 de febrero de 2024.
En parte del trazado se reutilizaron las vías del sistema ferroviario mexicano que fue privatizado a finales del siglo XX. Los trenes del nuevo servicio para pasajeros alcanzarán una velocidad máxima de 160 km/h y los de carga —que comenzarán a operar en una segunda fase— de 120 km/h. La inauguración se hará con solo seis de los 42 trenes contemplados en total en el proyecto.
Aunque inicialmente se planteó su financiación mediante un esquema de inversión mixta público-privado, finalmente todo su coste se cargó al presupuesto del gobierno mexicano. “No se va a dejar deuda y también son obras públicas. El tren no va a ser de una empresa extranjera, es de una empresa pública, es del pueblo”, dijo López Obrador.
El gobierno anunció inicialmente que tendría un coste de entre 120.000 y 150.000 millones de pesos mexicanos. Sin embargo, su coste total se disparó hasta los 500.000 millones —más de US$28.500 millones, al cambio actual— incluyendo los gastos previstos para 2024, tal y como reconoció recientemente la Secretaría de Hacienda.
La administración del tren —al igual que en la mayoría de obras clave del mandato de López Obrador— es dirigida por el ejército mexicano.
Se desconoce el coste exacto de los boletos por tramos. Hasta ahora, solo se pusieron a la venta los del recorrido completo Campeche-Cancún que será inaugurado inicialmente a una tarifa normal de 1.166 pesos (US$67) y que se agotaron en cuestión de minutos. Más adelante se esperan precios más reducidos para pasajeros locales, mientras que los turistas extranjeros pagarán más que los nacionales.
Casi la mitad del trazado será recorrido por trenes eléctricos. El resto serán híbridos y utilizarán el llamado “diésel ecológico”, que contiene niveles más bajos de azufre. Sin embargo, organizaciones ecologistas alertaron de que ello no implica que no sea contaminante, ya que sigue generando dióxido de carbono y óxido nitroso.
2. Casi un millón de empleos previstos
El Tren Maya “va a fomentar mucho el turismo y, desde luego, va a crear empleos en el sureste, que es la región más abandonada del país”, dijo López Obrador poco después de ganar las elecciones presidenciales en 2018.
Su recorrido pasa por algunos de los estados con mayor tasa de pobreza —como es el caso de Chiapas— donde se espera que mejore la comunicación de zonas con escasas infraestructuras. Estas regiones quedarán así unidas con enclaves del México más turístico y reconocido internacionalmente como la Riviera Maya o Cancún, que cuenta con el aeropuerto más utilizado por viajeros internacionales de toda América Latina.
El proyecto incluye también la apertura de dos nuevas zonas arqueológicas en Quintana Roo, así como la construcción de varios museos, centros de atención a visitantes y seis hoteles en la zona, los cuales estarán también a cargo de la Secretaría de Defensa. La Organización Mundial del Turismo pronosticó que el tren triplicará la llegada de turistas al sureste del país.
Según un estudio publicado en 2020 por ONU-Habitat, el proyecto podría crear casi un millón de nuevos empleos y ayudar a sacar de la situación de pobreza a 1,1 millones de personas hasta el año 2030. El impacto económico en los lugares por donde pasará el tren sería el doble de lo pronosticado antes del proyecto, según las estimaciones del programa de Naciones Unidas.
Por ahora, de acuerdo al Indicador Trimestral de la Actividad Económica Regional, el sur-sureste mexicano se convirtió en la región de mayor crecimiento durante el segundo trimestre de este año al crecer un 6% y duplicar así el promedio del resto del país, lo que el gobierno achaca a la ejecución de grandes obras como el tren.
“Al haber una gran inversión del Estado estamos beneficiando a miles, a millones de personas. Por eso creo que este proyecto sí le va a cambiar la cara al sureste de México y que verdaderamente está proporcionando miles de empleos. Súmale todos los negocios que se tienen que activar a partir del flujo que va a generar”, pronosticó en entrevista con BBC Mundo Óscar David Lozano Águila, director general de la empresa del Tren Maya.
“Esto no es una obra faraónica ni un capricho, es una necesidad que de verdad requieren y demandan las comunidades y que te puedo garantizar que va a ser exitoso”, subrayó.
Villa El Triunfo, en el estado de Tabasco, es uno de esos lugares donde no dudan que la llegada del tren será una auténtica revolución. Esta pequeña comunidad de menos de 6.000 habitantes tendrá su propia estación y ya sueñan con la llegada de turistas que quieran ver las cercanas ruinas mayas de Moral-Reforma, aunque reconocen que aún no cuentan con los servicios necesarios para recibir y trasladar a los visitantes por falta de presupuesto.
Los cambios ante lo que pueda venir ya empiezan a notarse en el pueblo, y son cuatro los hoteles que se construyen para competir con el único que operaba hasta ahora.
Sin embargo, en la zona norte del recorrido, donde se encuentran las zonas más turísticas, no prevén un aumento de visitantes en su área. Su sector hotelero sí confía en cambio en que el servicio de carga del tren agilice y abarate el transporte de los productos que necesitan sus establecimientos.
@salvadorcosio1