A la memoria de don Luis Echevarría
Por Raúl Rosales Rosas
La historia de don Luis, como la de todos nosotros, se conforma de varios capítulos. Rescato aquí el que, de la vida de don Luis como Presidente, corresponde a Nayarit.
No hay duda el gran impulso que en su periodo (1970-1976) le dio a nuestro estado. Si Bahía de Banderas, la zona sur, es hoy por hoy, la locomotora de nuestro desarrollo económico, don Luis fue uno de los artífices para que esa locomotora se echara a andar.
Nayarit y en especial la zona sur no se entienden sin los aportes de la voluntad suya política para su desarrollo. Desatacaría dos de sus aportaciones, las cuales considero muy significativas: La creación de la empresa pública Tabacos Mexicanos (Tabamex) y su impulso al Fideicomiso Bahía de Banderas (Fibba), y a toda la zona sur del estado, de las costa y del valle.

Con Tabamex, a partir de 1972, se dio un fuerte impulso a la agricultura de nuestro estado, en especial al cultivo del tabaco. Empresa emblemática catalizadora de lo que fue hasta finales de los años ochentas la otrora costa de oro. El cambio de vida de miles de campesinos y sus familias fue palpable. Mejores ingresos y acceso a la salud (IMSS) fueron signos de ello.
En el sur del estado, desde las Varas hasta el Río Ameca, la mano de don Luis se hizo presente. El impulso al modelo de desarrollo y organización ejidal en La Peñita, Las Varas, Valle de Banderas, San Juan de Abajo, San José del Valle, la Cruz de Huanacaxtle, Sayulita, tiene rastros en la construcción del sistema de riego de los más importantes para esas fechas, una de los obras de irrigación que catapultaba a los agricultores de la zona a mejores condiciones para la producción. En esa línea se ubica la construcción de decenas de bodegas rurales donde se procuraba garantizar que los campesinos pudieran, ellos mismos, acopiar su producción. El impulso a red carretera, a las escuelas secundarias agropecuarias, que para aquellas épocas se convirtió en la posibilidad de continuar y mejorar su educación para cientos de niños que no tenían la opción de ir a Tepic o Guadalajara para seguir estudiando. Las mejoras que se hicieron a las escuelas primarias que cuatro décadas después, siguen siendo útiles. Las decenas de plazas y kioscos que fueron, en Nayarit, inauguradas directamente por el Presidente allá por 1975.
Pero si del estado de Nayarit hay un lugar estrechamente vinculado con el ex Presidente, y que aún lleva su huella, ese lugar lo es San Pancho, comunidad perteneciente al ejido de Sayulita, de la cual don Luis hizo un proyecto personal. Durante su presidencia, Echeverría dedicó tiempo y recursos para convertir a San Pancho en un pueblo modelo: desde el trazado de las calles y distribución de viviendas, hasta la instalación de un hospital, una universidad de agricultura (la Universidad del Tercer Mundo), escuelas de educación básica y un centro de procesamiento de frutas y otro para procesar pescado. Los nombres de sus calles, aún mantienen vestigios de aquel proyecto: la avenida principal se llama Tercer Mundo, y el resto de las calles mantiene los nombres de los países considerados dentro de este bloque económico: Saigón, Pakistán, Panamá, Costa Rica, Chile, Ceilán, África, América Latina…

Mención especial merece el hospital de San Pancho, obra que ha transitado por más de 40 años, y cuya utilidad sigue siendo un referente fundamental para la salud de los vecinos de la zona sur del estado, y por muchos años, prácticamente el único, en especial para las familias más necesitadas. No es casualidad que hasta inicios de este siglo, cientos de los nativos de esa zona, haya nacido en San Pancho. O era ahí o con la partera el pueblo.
En Valle de Banderas aún hay quienes recuerdan las visitas de don Luis y de su esposa doña María Esther Zuno a fin de impulsar la organización económica de los ejidatarios; en especial, recuerdan con admiración cómo la primera dama, mujer sencilla como la que más, se hospedaba en las mismas bodegas de granos y cómo, muy temprano, salía a barrer en pueblo antes de atender su programa de trabajo.
En Nayarit, sin lugar a dudas, hay un antes y un después, tras la llegada de Luis Echeverría a la Presidencia. Tal vez su vida esté llena de contrastes. Pero no tengo duda, en la suma algebraica de lo hecho por nuestro estado el saldo le es positivo.
Nayarit tiene una deuda con Luis Echeverría. Espero algún día el boulevard Riviera Nayarit pueda llevar su nombre en reconocimiento a lo que hizo por esta zona de la patria.