| Por Mariana Cortés Zayas |
En el año 1976, se realizó la I Cumbre Mundial del Hábitat organizada por ONU en Vancouver, Canadá, cuando los gobiernos comenzaban a reconocer la necesidad de asentamientos humanos sostenibles y las consecuencias de la rápida urbanización, en dónde se señaló el rol que jugaría la mujer para lograr un desarrollo sostenible y equitativo en las comunidades.
¿Porqué un rol distinto? Si bien era una época importante, en la que, se comenzó a incorporar la visión de las mujeres a diferentes temáticas, su participación era un factor determinante para la transformación de las ciudades y entornos, significaba una oportunidad para abordar las desigualdades de género en áreas urbanas y rurales.
Veinte años después en 1996 se realizó la II Cumbre Mundial de Hábitat, en Estambul, Turquía, en la Declaración se mencionan acciones a desarrollar para crear igualdad de oportunidades entre los hombres y mujeres en las políticas, programas, en los proyectos de vivienda y en el desarrollo de asentamientos humanos sostenibles.
En el 2015 los Estados Miembros de la ONU aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Objetivo 5 esta orientado a “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”.
En el año 2016 se realizó la III Cumbre Mundial de Hábitat, en Quito Ecuador, los países participantes firmaron y aprobaron la Nueva Agenda Urbana (NAU), con una nueva visión de las ciudades en el futuro como motor para el desarrollo, con la igualdad de oportunidades, con inclusión social y con justicia de género.
Esto ha sido posible, gracias la participación que han tenido las mujeres que forman parte de Organizaciones, Asociaciones Civiles, ONG´s, Colectivos, Académicas, que con su labor han contribuido a integrar políticas estructurales de cambio e igualdad.
Es importante la participación de una sociedad activa que se corresponsabilicé sobre los compromisos cuando habitamos los espacios. Sin embargo, no debemos dejar de señalar que aún existe una brecha de género, es importante que se continué integrando la visión, el sentir, los sueños, de las mujeres y que está percepción se materialicé en las comunidades.
Podría señalar algunos casos, en dónde las ciudades han sufrido las consecuencias de una mala planeación en su territorio. Por ejemplo las Ciudades Fronterizas en su momento emplearon un modelo de ciudad en dónde las maquiladoras estaban lejos de las zonas urbanas, cuando las mujeres se integraron a la fuerza laboral, en distintos horarios incluyendo los nocturnos, quedaron expuestas y vulnerables en su traslado cuando regresaban a sus hogares.
Para evitar ese tipo de escenarios, se debe diseñar y planear con perspectiva de género, lo que significa, conocer las necesidades que las mujeres tienen de acuerdo a sus desplazamientos, a sus horarios, al uso de los medios de transporte, a su economía.
Es por ello que se han desarrollado acciones importantes, por ejemplo en el metro de la Ciudad de México se han definido horarios y espacios exclusivos para la circulación de las mujeres, en el transporte público se han definido asientos, vagones cuyo uso es sólo para las mujeres, o en otras ciudades como Guadalajara, en dónde han incorporado un autobús urbano llamado el “Búho nocturno” con rutas nocturnas de 11 de la noche a 5 de la mañana exclusivamente para las mujeres.
En el futuro será importante que se continué incorporando la visión al diseño de nuevas políticas públicas y en la planeación de las ciudades y no nada más la visión, sino la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones.
Necesitamos ampliar la visión para que este camino sea provechoso para todos y todas, que la sociedad reconozca que existen necesidades particulares de los sectores y que deben ser atendidos para que exista una buena armonía.
A pesar de que en la actualidad existe mayor difusión de la información, sumando el nivel de concientización que existe, se siguen presentando casos de acoso profesional, psicológico, laboral y físico, aunado a ello el nicho de oportunidades y el mercado laboral es limitado, existe también y debo decirlo la violencia contra la mujer.
Es por ello que les invito a redoblar esfuerzos pero sobre todo a no limitar nuestro desarrollo e intelecto y continuar señalando, si existiese abuso contra el género, este artículo es una manifestación consciente en pro de los derechos de la mujer, independientemente, de la edad, actividad, educación, o cultura.