Volantín|Nueva fase de la guerra

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Por Salvador Cosío Gaona

Segunda parte
 
En la primera parte de esta colaboración ya destacaba que en poco más de un mes, la guerra en Ucrania ha pasado intempestivamente de ser una batalla un tanto cuanto estética a un conflicto de rápida escalada y de múltiples niveles que ha desafiado las estrategias de Estados Unidos, Ucrania y Rusia, incluso al grado de encender las alertas en todo el mundo al hablar de una guerra nuclear.  
 Un funcionario ucraniano, refiriéndose a una lista proporcionada por el alto mando militar, dijo que los artículos prioritarios de Ucrania incluyen el sistema de misiles tierra-aire Patriot, los misiles MIM-23 Hawk, los drones de ataque y los NASAMS (National Advance Surface-to-Air Missile Systems), así como los sistemas de defensa aérea israelíes.
 Las súplicas de Ucrania encontraron una nueva resonancia en algunos sectores de Washington tras los ataques del lunes, con altos cargos demócratas, en particular, exigiendo que el presidente Joe Biden se mueva más rápidamente para suministrar a Ucrania. “Estoy horrorizado por la depravada y desesperada escalada de Rusia contra la infraestructura civil en toda Ucrania, incluida Kiev”, dijo en un comunicado el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Robert Menéndez. “Me comprometo a utilizar todos los medios a mi disposición para acelerar el apoyo al pueblo de Ucrania y hacer que la maquinaria de guerra de Rusia se muera de hambre”.
 La diputada Elissa Slotkin (demócrata de Michigan), ex funcionaria de alto rango en la CIA y el Pentágono, tuiteó que la necesidad de defensa aérea “es urgente dada la escala de estos ataques. Proporcionar estos sistemas es un paso defensivo -no de escalada-, y nuestros amigos europeos tienen que dar un paso adelante junto con nosotros para proporcionar a los ucranianos lo que necesitan.”
 Sin embargo, en un primer momento hubo pocos indicios de que la administración tenga intención de cambiar el relativamente largo proceso de aprobación por el que se decide qué armas se envían a Ucrania, y cuándo. El proceso incluye un análisis de Estados Unidos, basado en sus propios informes sobre las condiciones en el campo de batalla, de lo que Ucrania necesita, dijo un alto funcionario de defensa de Estados Unidos, y “segundo, ¿tenemos ese material?”
“Tercero, ¿saben ya cómo utilizarlo? Si no es así, ¿cuál es nuestro plan para entrenarlos? En cuarto lugar, ¿cómo van a mantener el material?¿Mantenerlo en el campo? ¿Mantenerlo? ¿Repararlo? ¿Repuestos? . . . Si nosotros no podemos hacer esas cosas, ¿quién de nuestros aliados y socios puede hacerlo?”, dijo el funcionario de defensa.
 Una vez respondidas esas preguntas, la solicitud y la recomendación se examinan para conocer los comentarios y las preocupaciones de otros departamentos gubernamentales con intereses en la decisión antes de pasar a la Casa Blanca, donde Biden toma la decisión final.
 Una vez tomada la decisión, la entrega puede realizarse en cuestión de días si se trata de equipos tomados de las existencias de defensa de Estados Unidos, de meses si se requiere una amplia formación para su uso y mantenimiento, o de años si hay que fabricar determinados artículos. Por ejemplo, Biden aprobó el envío del sistema de defensa aérea NASAMS a principios del verano, y los funcionarios de defensa han dicho que se enviarán dos este otoño, una vez que los sistemas estén listos y se haya completado el entrenamiento.
 Otros seis NASAMS, anunciados por el Pentágono a finales de agosto, tardarán años en fabricarse. Los sistemas Patriot ya escasean en la OTAN y suelen viajar con sus propios equipos operativos estadounidenses o de la OTAN, un compromiso que Occidente probablemente no asumirá.
 Israel, cuyo primer ministro condenó el lunes por primera vez a Rusia por los ataques con misiles, tiene sus propias relaciones complicadas con Moscú.
“Ciertamente entendemos que estamos en un punto de inflexión potencial aquí en la guerra, en muchos niveles”, dijo el alto funcionario de la administración Biden. “Ese pensamiento está incorporado en [nuestra] toma de decisiones. . . . Ucrania, sin duda, ha actuado mejor y ha sido más agresiva recientemente, y Putin está sintiendo el calor en el campo de batalla, en casa y en el extranjero. No hay duda de que se trata de un conjunto de condiciones diferentes”.
“Pero creemos que estos cambios en el campo de batalla y en Rusia no han hecho sino validar aún más nuestro proceso de toma de decisiones”, dijo el funcionario.
 En tanto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha avisado el lunes al régimen de Vladimir Putin de que “no se puede ganar” una guerra nuclear ni “se debe librar”, si bien ha apuntado que la Alianza Atlántica está alerta y no ha detectado “ningún cambio” en la postura de Rusia pese a las últimas amenazas.
“Rusia sabe que la guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”, ha declarado Stoltenberg en una rueda de prensa en Bruselas ofrecida la víspera de que los ministros de Defensa de los países aliados se reúnan en la capital europea.
 El jefe de la OTAN ha considerado “peligrosas e irresponsables” las amenazas dirigidas desde el Kremlin respecto al posible uso de armas nucleares, pero ha explicado que los aliados están “vigilando de cerca las fuerzas nucleares” de Rusia y no han detectado “ningún cambio”.
“Sus intentos de anexión, movilización parcial y retórica nuclear imprudente representan la escalada más significativa desde el comienzo de la guerra”, ha expresado el exprimer ministro noruego, para quien los últimos pasos de Moscú muestran que “la guerra no está yendo como estaba planeado”.
“Nos mantendremos alerta”, ha añadido Stoltenberg, quien ha desligado de esta situación la próxima reunión “ordinaria” del grupo de preparación nuclear de la OTAN que presidirá este jueves. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksi Reznikov, participará como invitado.
 Tampoco ha anticipado cambios en las maniobras para anticipar una respuesta a incidentes nucleares previstos para la próxima semana, que seguirán adelante: “Es una formación rutinaria que hacemos todos los años para que nuestra disuasión siga siendo segura y eficaz”.
“El objetivo fundamental de la disuasión nuclear de la OTAN siempre ha sido preservar la paz, evitar la coerción y disuadir la agresión”, ha razonado el secretario general aliado.
 Stoltenberg sí ha confirmado un aumento de las labores de vigilancia en la infraestructura considerada “crítica”, en una respuesta directa al “sabotaje” perpetrado este mes sobre gasoductos de la red Nord Stream y sobre cuyos potenciales culpables la OTAN ha preferido no pronunciarse.
Un hipotético ataque contra infraestructuras críticas generaría una respuesta “unida y decidida” por parte de los países aliados, ha advertido en su comparecencia ante los medios.
 El general Richard Shirreff, un ex comandante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), quien además se desempeñó como subcomandante supremo aliado en Europa para la alianza, dijo en unas declaraciones para el medio británico The Sun, que “se está preparando el escenario para una derrota decisiva del ejército ruso en Ucrania”.
 El destacado militar ya había vaticinado meses atrás que las fuerzas ucranianas podrían hacer retroceder con éxito a las tropas de Putin para fines de 2022. situación que se ve materializada en la actualidad.
“Que los ucranianos hagan retroceder a los rusos a la línea del 23 de febrero, el día antes de que comenzara la guerra, para fines de 2022 creo que es completamente factible”, dijo en su momento.
Shirreff elogió la contraofensiva de Ucrania, calificándola como una “clase magistral” que ha hecho retroceder a los hombres de Putin en el este y el sur de Ucrania, y agregó que la lucha “mantiene el impulso”.
“Los rusos son como el boxeador atrapado en la esquina del ring contra un oponente muy ágil que golpea un lado y luego golpea el otro”, dijo.
 Opinión.salcosga@hotmail.com
@salvadorcosio1 
 

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