Después de siete operaciones en su cadera, la señora Ernestina Hurtado Lara quedó imposibilitada para caminar al cien por ciento, para hacerlo necesita apoyarse en un par de muletas y para trasladarse por las calles de la ciudad lo hace a bordo de una silla de ruedas eléctrica.
Ante este reportero, la señora Hurtado comentó que las operaciones en su cadera se las realizaron en la clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y personal médico de ambas instituciones cometieron errores que le complicaron su recuperación física.
Explicó que fue en el IMSS de la ciudad de Tepic donde los médicos que la operaron le dejaron gasas incrustadas dentro de su piel después de la cirugía, e incluso aseveró que estuvo a punto de perder su pierna izquierda.
Por otra parte, al preguntarle si no tiene temor de sufrir un accidente mientras recorre las calles de la ciudad a bordo de su silla de ruedas eléctrica, la señora Hurtado Lara respondió que no, pues aseguró que los conductores le respetan su carril.
En contraste, lamentó que las áreas que están destinadas en los estacionamientos para las personas con discapacidad sean invadidas por los seres humanos, “normales”.
Recordó que en una ocasión cuando ella iba a ingresar a una rampa para personas con discapacidad en las instalaciones del parque recreativo La Loma, un sujeto que conducía un automóvil de reciente modelo le obstruyó la rampa: “Pero además me ofendió verbalmente”.
Finalmente, la señora Ernestina, a través de este medio de comunicación, pidió a la presidenta del DIF estatal, doctora Beatriz Estrada Martínez, un par de muletas, pues dijo que las que ahora tiene están muy deterioradas y tiene temor de sufrir una caída. El número de teléfono de la declarante es 311 -150- 90- 56.