Para Gerardo Martino son más importantes la antigüedad, los antecedentes, la experiencia y una supuesta jerarquía que el momento actual. Inentendible criterio del entrenador de la Selección Nacional.
Ha dejado fuera de la lista de convocados para el Mundial a Santiago Giménez, no obstante que el joven delantero juega en Europa, mete más goles y vive un mejor presente que el naturalizado Rogelio Funes Mori, con cuya presencia en la Selección está casado el timonel argentino.
Era mejor sacrificar jugadores de otras posiciones donde hay superávit y llevar a más delanteros para alinearnos de la manera más conveniente. Incierto es el panorama del Tri en el inminente Campeonato Mundial.
Siento que sin problema pudo haber llevado a cuatro delanteros. Martino sacó la navaja cortadora y en la conferencia de ayer prefirió no profundizar en el tema de los ausentes sino centrarse en los convocados para el compromiso mundialista en las lejanas tierras de Catar.
Giménez con G jugó 1022 minutos y Jimenez con J únicamente 297 en los últimos seis meses. Sin embargo, dejó fuera de la lista al hijo del llamado Chaco.
El partido contra Suecia del día de hoy será clave para conocer en qué condiciones físicas se encuentra Raúl para iniciar contra Polonia el próximo martes.
Todo parece indicar que Funes Mori arrancará el partido en Girona y Jiménez jugará el segundo tiempo.
Con respecto a los naturalizados, no hay de mi parte ningún indicio de xenofobia, como los simplistas pudieran suponer. De hecho, tengo queridos amigos del alma extranjeros.
Sin embargo, jugar con un naturalizado me parece una “solución” engañosa, temporal, un atajo, el camino fácil, un parche, taparle el ojo al macho.
Sería más conveniente jugar con lo que se tiene y a ver qué sucede. Porque aunque a Funes Mori le vaya bien en el Mundial, esa no será la solución del balompié nacional. Considero también que jóvenes como Acevedo y Giménez, que representan desde hoy el futuro de la Selección, no debieron ser borrados por el desconcertante timonel del conjunto nacional.
