Eterna crisis del ingenio de Puga

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Por Ernesto Acero C.

PUGA, FRANCISCO I. MADERO, ESTACIÓN AGUIRRE: PROBLEMAS EN EL INGENIO.

Me referiré aquí a serios problemas por los que atraviesa un lugar qué en el sistema de ferrocarriles, se le denomina Estación Aguirre. Me refiero al poblado conocido popularmente como Puga y oficialmente como Francisco I. Madero.

La localidad se ubica a unos 14 kilómetros de distancia al noreste de la ciudad capital, Tepic. Ahí viven cerca de 8 mil habitantes. El Gobernador de Nayarit Miguel Ángel Navarro Quintero, nació en ese sitio donde se asienta un ingenio azucarero por el que sobresale entre el resto de las poblaciones de esa región.

Cerca del poblado se localiza también un centro de estudios de nivel medio superior, el CBTis número 100. Frente a ese espacio educativo, se construyó un desarrollo habitacional hace unos 40 años, la colonia “Fidel Velázquez”. Ese desarrollo habitacional fue construido con recursos públicos en parte, pero también en parte con recursos originados por cuotas sindicales de los trabajadores afiliados a la CTM.

Actualmente, el ingenio azucarero que se localiza en Puga, lugar que le da nombre, se encuentra en una situación crítica, estando ya muy cerca la zafra, esto es, la cosecha de la caña de dulce. Conforme la información dada por el Gobernador Navarro y su Secretario General, Juan Antonio Echeagaray, la factoría tiene una deuda cercana a los 4 mil millones de pesos y el valor de la misma es cercana a los 5 mil millones.

Los problemas del ingenio siempre han estado presentes y se han manifestado de diversas formas. En algunas ocasiones, se han enfrentado los productores de caña con los propietarios, por las diferencias en la definición de las magnitudes de las variables que definen el costo de la tonelada de caña. Uno de esos elementos que determinan el precio de la tonelada de azúcar que se paga al productor cañero, es el KARBE, que se define como “los Kilogramos de Azúcar Recuperables Base Estándar que pueden obtenerse de la caña de azúcar”.

En el presente, las deudas del ingenio afectan a productores y a los mismos obreros. Esas deudas no parecen lógicas dado que la producción se logra realizar en los distintos mercados que la utilizan para distintos fines. Menos lógicas parecen las deudas del ingenio si tenemos en cuenta que, de alguna manera, el gobierno suele subsidiar de manera indirecta a esa industria, que requiere de caminos saca-cosechas y de apoyos sociales a los productores cañeros y a los obreros de la fábrica.

Los propietarios del ingenio se han salido por la puerta más sencilla, la de convertir un problema privado en un problema social. No es una novedad. En cada ocasión en la que la empresa entra en crisis, por mala administración, por corrupción privada, por crisis de mercado, por lo que sea, sencillamente se niegan a pagar deudas y ya. No pagan a los productores de caña, no pagan a los obreros, y quien sabe a quien más le dejen de pagar. La queja ha sido reiterada: pagan cuando quieren y pagan lo que quieren.

La amenaza proveniente de la empresa es simple. Si nos vamos los miles de productores de caña y los cientos de obreros, se van a quedar “colgados de la brocha”, como se suele decir vulgarmente.

El Gobernador Navarro y su Secretario General de Gobierno, Echeagaray, han sido claros en el posicionamiento oficial. El gobierno no se va a desentender de la crisis cañera en Puga, se va a intervenir para resolver, no para crecer en magnitud el problema. Lo que queda excluido, en definitiva, es la posibilidad de que el gobierno asuma deudas privadas. El Gobierno del estado, con las deudas que heredó de los gobiernos pasados, ya tiene bastante y hasta le sobra.

El mandatario estatal Navarro, de manera contundente ha señalado que su administración no va a comprar un pleito ni una empresa en quiebra. El gobierno del estado no evade responsabilidades, ha declarado el titular de la Secretaría General, Echeagaray Becerra. En un posicionamiento institucional, ambos servidores públicos han declarado que el gobierno estatal está dispuesto a facilitar negociaciones mediante el diálogo, a acercar a las partes y a los interesados en la empresa, pero solamente como mediadores para que el expediente se cierre de manera exitosa.

Las partes involucradas en el conflicto que tiene como eje al ingenio de Puga, deberían aprovechar la voluntad mostrada por el Gobernador Navarro Quintero. Lo que también queda claro en este caso, es que el Gobernador muestra una voluntad que no debe confundirse con debilidad. Si las partes no aprovechan esa mediación, sencillamente todos van a perder la oportunidad de resolver un problema que puede tener una solución de largo aliento. La racionalidad y el legítimo interés de las partes, deben privilegiar la inteligencia y no dejarse llevar por el furor visceral.

LITORAL

El Gobernador tronó contra un dirigente sindical ligado a un partido, qué en lugar de trabajar, se enfoca a meterse en cosas ajenas a su trabajo. Es verdad: los sindicatos no pueden ni deben intervenir en la creación o sostenimiento de partidos políticos. El enunciado final del segundo párrafo de la fracción I del artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es el dispositivo que determina la prohibición para que los sindicatos conformen partidos políticos o para que intervengan en ellos. El texto es meridianamente claro: “Sólo los ciudadanos y ciudadanas podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, quedan prohibidas la intervención de organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa”. Una argumentación del juez Learned Hand podría ser muy útil para demostrar que en este caso, un sindicato interviene de manera oblicua en la creación y financiamiento de un partido político. En lo personal, creo que el dispositivo constitucional es excesivo y hasta timorato, pero eso es lo que define el Pacto Federal. Nada por encima, ni por debajo de la Constitución. O dicho al modo de W. H. Auden: “La Ley, dice el juez con su mirada de menosprecio, / hablando con claridad y suma dureza, / la Ley es como ya os dije, / la Ley es como, supongo, sabéis es / la Ley, pero dejadme que os lo explique otra vez, / la Ley es La Ley”. Más claro, ni el agua.

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