Por Julio Casillas Barajas
El mundo envejece en forma acelerada. Cada segundo dos personas cumplen 60 años y en la actualidad se estima que hay 900 millones de adultos mayores en tanto que para el 2050 serán casi ¡DOS MIL MILLONES!.
En México transitan 12.5 millones de personas de la tercera edad y se prevé que dentro de 35 años se sumarán 20 millones más. Este fenómeno demográfico se deriva del aumento de la longevidad e implica un desafío más o reto para satisfacer las necesidades vitales de esa población, además de prevenir su exclusión, discriminación y/o pobreza.
El envejecimiento de la humanidad es un triunfo del desarrollo y de los avances científicos, pero implica nuevos compromisos para los gobiernos de cada nación.
Por ello, es importante que se reconozcan las deficiencias y se acepten las recomendaciones que países con experiencias exitosas en la atención a la población adulta mayor ofrezcan, como en el caso de Suecia, Noruega y Japón.
Pensamos que de esa forma podrá alcanzarse una sociedad donde toda la población tenga oportunidad de contribuir al desarrollo, distribuir y disfrutar de sus beneficios.
Aquí, en México, el gobierno federal señala que en 2050 se esperan 32 millones de adultos mayores, por lo que México enfrenta el desafío de prever escenarios futuros, planear con sentido estratégico y tomar decisiones responsables para enfrentar las demandas sociales y económicas que este cambio demográfico acelerado representa.
El propio Gobierno de México reconoció en la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe que la política de población es fundamental para alcanzar un desarrollo más equilibrado, sostenible y pleno, y que es un instrumento clave para elevar la calidad de vida de las sociedades modernas.
EN NAYARIT DEBE TRABAJARSE
Por otra parte, las autoridades deben comenzar a preparase para aprovechar su bono demográfico, dado que para 2030 el país contará con el mayor porcentaje de población en edad productiva.
Entendamos, en contraparte con los veteranos, hoy más jóvenes que cursan la educación media superior y superior, además de que más de 2.2 millones de ellos reciben una beca y tienen nuevas opciones para estudiar en el extranjero.
El Instituto Nacional del Emprendedor y del Programa Crédito Joven respaldan a los emprendedores de 18 a 30 años que quieren iniciar o ampliar su negocio y no cuentan con historial crediticio. Con el pleno respeto de los derechos humanos y a la igualdad de género, la política de población en el país tiene una visión de largo plazo para atender los desafíos de las próximas cuatro décadas.
SITUACIÓN DE LATINOAMÉRICA
La situación no es diferente en los países de América Latina y el Caribe: en 2025 el grupo de población en edad activa, de 20 a 64 años, alcanzará su máximo en términos porcentuales y representará casi 60% del total, según informa el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade)-División de Población de la CEPAL.
Se reconoce que estos cambios en la estructura por edades tienen implicaciones en las áreas de educación, salud y pensiones. De igual forma, en términos económicos, indica que el consumo de la población de 65 años y más superará por primera vez al de los menores de 20 años hacia 2030 en Cuba y Chile y hacia 2045 en Colombia, Brasil y México.
El pronóstico es que en 2060 este fenómeno, denominado de “economías envejecidas”, se habrá extendido a toda la región, con excepción de Bolivia, Paraguay y algunos países del Caribe, advierte.
De acuerdo con datos de instituciones no gubernamentales, en el planeta hay 900 millones mayores de 60 años. El índice coloca a Suiza como el mejor país para las personas mayores; le siguen Noruega y Japón. El resto de los primeros diez países clasificados se encuentran en Europa Occidental y América del Norte.
En América Latina, Chile es el líder en atención a los adultos mayores y le siguen Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Panamá y México.
El último país en el ranking es Afganistán, en tanto que por encima se encuentran Pakistán, Tanzania y Jordania.
Si ya sabemos que somos un país de viejos, hay que aprovechar la experiencia, conocimientos y sabiduría de ellos en lugar de desplazarlos, olvidarlos, segregarlos, discriminarlos o desecharlos; si se manda a los adultos mayores a las bandejas de desechos no se irán, ahí seguirán, no se hagan tontos. Mejor cuídenlos y garanticen su atención.
VEREMOS Y DIREMOS.