Por Francisco Flores Soria
Este domingo 19 de febrero se conmemoró el 110° aniversario del Día del Ejército Mexicano; la ocasión es propicia para destacar la ejemplar disciplina y bravura, así como el sacrificio mostrados por el Batallón Activo de San Blas en la defensa del castillo de Chapultepec, ante las tropas estadounidenses, el 13 de septiembre de 1847.
En ese hecho de armas y con excepción de muy pocos soldados, perecieron los cuatrocientos hombres del batallón, incluido su comandante. Integraban la defensa del castillo, compuesta por 1232 combatientes, entre ellos algunos cadetes del Colegio Militar, que se enfrentaron a más de siete millares de soldados de Estados Unidos.
El cuerpo de infantería con sede en el puerto de San Blas del hoy estado de Nayarit, fue movilizado para la lucha en defensa la patria hacia el oriente y el centro del país, donde escribió su gesta. Oficialmente se llamó Batallón Activo Guardacostas de San Blas y, constituido el 20 de agosto de 1823, tuvo una existencia irregular de treinta años.
El 6 de julio de 1846 fue nombrado como su comandante el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, nacido en Tlaxcala: un militar de carrera, quien en 1829 ya era teniente y participó en diversas acciones de armas; previo a su nueva encomienda, era comandante del batallón de Lagos, en los Altos de Jalisco. En la defensa del país, el 18 de abril de 1847 guio a su unidad en la batalla de Cerro Gordo, en Veracruz.
Casi cinco meses después, durante el invasor asalto a Chapultepec, su actuación fue heroica, de acuerdo con anónima crónica: «Cuando el teniente Xicoténcatl ve al abanderado de su batallón caer, corre a tomar la bandera, pero es herido; con todo su esfuerzo trata de alcanzarla, pero de nuevo una bala lo hiere; se pone en pie y anima a sus hombres a seguir combatiendo, es gravemente herido y cae envuelto con la bandera de su batallón. Fueron catorce las balas que segaron la vida del valiente guerrero, todas de frente». El militar tenía al morir cuarenta y un años de edad; de manera póstuma fue ascendido a Coronel.
Curiosamente, la bandera del batallón tenía respecto de la Enseña nacional un orden invertido de sus franjas tricolores: primero rojo, luego blanco y verde; al centro, un águila real posa de frente, con las alas extendidas y devorando una serpiente. El elemento central del estandarte, que sirvió como sudario tras el sacrificio de Santiago Xicoténcatl, fue adoptada como imagen del Museo Nacional de Historia del castillo de Chapultepec, inaugurado en 1944.
El heroísmo del Batallón Activo de San Blas y su comandante habrán de perdurar en la memoria colectiva, en especial de las fuerzas armadas.