Hay una leyenda del siglo XVI en la cual un rabino da vida a un ser humanoide de barro para salvar a toda la comunidad judía, un gólem. La premisa es simple, tras la persecución que se dio en ese siglo en Praga, República Checa.
Ese gólem creció y se salió de control, la “programación” que se le dio, quizá no fue exacta e incluso se dice que asesinó a parte del pueblo que lo creo, suena trágico.
De esta historia se basaron muchas más dentro del mundo de la ciencia ficción como el monstruo que creo Frankestein; pero en la actualidad, ese gólem se llama inteligencia artificial (IA), la cual está sembrando miedo en diversas profesiones.
Ese gólem hoy se convierte en una alegoría a esta nueva amenaza; nos hemos convertido en ese temeroso pueblo cristiano que fue atacado por ese gólem, algunos, son como los judíos que querían salvarlo y seguirlo utilizando.
Hay algo que no tenemos muy claro, la tecnología está para potenciar a la humanidad no para sustituirla; somos seres tan paradójicos que, hemos “alimentado” a las IA de manera desmedida con la idea de que sea mejor que la humanidad, en lugar de reforzarla para potenciarla, no tenemos claro que mientras ese sea el propósito, seguiremos teniendo el “control”.
La IA no viene a cambiar la naturaleza humana, sino a revelarla, está sacando a la luz la verdad de nosotros y la solución no es tener más tecnología, sino mejores seres humanos, esto no lo digo yo, lo dijo Garry Kasparov en el 2017, este hombre fue el primer ser humano en perder contra una IA en 1997 y tras 20 años de reflexión, cayó en cuenta que la IA depende del uso que se le dé, por eso necesitamos ser mejores humanos.
Hoy, las noticias se enfocan en decir que las IA están quitando trabajos, se le está dando una connotación negativa a todo su desarrollo; como periodistas le hemos dado un tinte fatalista, en pocas palabras somos unos luditas.
No estamos viendo las grandes posibilidades, pese a que muchos lo ven como un gran negocio, eso lo tuvo claro el hoy CEO de OpenAi, Sam Altman.
Está plataforma de inteligencia artificial, es de las más famosas, la cual en dos meses consiguió más de 25 millones de usuarios, superando a Tiktok, que en 9 meses consiguió ese número de suscriptores; Sam Altman, quien decía por el 2015: “Las IA probablemente conducirán al fin del mundo, pero mientras tanto, tendremos grandes compañías”. Hoy dice que no lo hace con fines de lucro, mientras muchas otras compañías ofrecen sumas exorbitantes por implementar su IA dentro de sus plataformas.
Cómo periodista, si existe un miedo, y está más que justificado, principalmente porque, una IA en cuestión de segundos hace un barrido de información en la web y puede crear una nota, después, puedes elegir algún personaje famoso y ponerle esa voz e imagen y crear un noticiero de un solo hombre en cuestión de minutos y apoyados con redes sociales la viralidad es inminente, cómo el caso de News Not Found, plataforma de noticias que es 100 por ciento operada por IA, ya que genera las noticias y las ilustraciones que acompañan a las notas, su premisa es “para lograr la objetividad de las noticias, es necesario sacar de la ecuación el factor humano, ya que es corrupto”.
Pero, esto a su vez es una gran alerta, ya que, quien programe a la IA, pudiera inclinar la balanza hacia el lado equivocado, es necesario el factor humano para discernir entre el bien y el mal, bueno eso creo yo.
En fin, si de algo que estoy seguro, es que no debemos cerrarnos a la modernidad, la historia nos da la razón, debemos adaptarnos y ser mejores seres humanos, cómo lo dijo Kasparov, cómo lo hicieron los antiguos luditas, recordemos que en las cavernas, el fuego nos quemó, pero lo domamos.