Pegasus; El arma secreta del gobierno

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Por Salvador Cosío Gaona

Una investigación del diario The New York Times reveló hace unos días cómo México se convirtió en el usuario más prolífico de Pegasus, y  lo continua utilizando a pesar de que el gobierno prometió dejar de espiar.

 A continuación comparto el relato que el medio de comunicación estadounidense dio a conocer a todo el mundo:

 Los israelíes habían venido a México para cerrar una venta importante: el ejército mexicano estaba a punto de convertirse en el primer cliente que compraba su producto, el programa espía más avanzado del mundo.

Pero antes de que pudieran cerrar el trato, estalló una discusión sobre el precio y la rapidez de entrega de la herramienta de espionaje. El general mexicano que supervisaba las negociaciones pidió una pausa hasta la noche, según dos personas que estuvieron presentes en las conversaciones y una tercera que conoce cómo fueron las negociaciones.

“Los recogeremos en su hotel y nos aseguraremos de que haya mejor ambiente”, recuerdan que dijo el general.

 Esa noche, un grupo de automóviles llegó al hotel de los ejecutivos israelíes y los trasladó a un nuevo lugar para las negociaciones cruciales: un club de estriptís en el corazón de Ciudad de México.

El equipo de seguridad del general le ordenó al resto de la clientela que abandonara el club, según las tres personas que conocen las negociaciones, y las conversaciones se reanudaron.

Fue en marzo de 2011, en ese oscuro cabaret donde las mujeres bailaban sobre el escenario y entre tragos de tequila, donde se gestó el uso del arma cibernética más poderosa que existe.

El programa espía, conocido como Pegasus, se ha convertido desde entonces en sinónimo mundial del escalofriante alcance de la vigilancia estatal. Desde Europa hasta Medio Oriente, los gobiernos han usado esa herramienta para piratear miles de teléfonos móviles.

Ningún lugar ha tenido más experiencia con las capacidades y los peligros de esta tecnología que México, el país que inauguró su difusión por todo el mundo.

 México comenzó a utilizar la herramienta de vigilancia contra civiles   que se enfrentaban al Estado, abusos que el país insiste en haber detenido. Pero el Times descubrió que México sigue utilizando Pegasus para espiar a personas que defienden los derechos humanos, incluso en meses recientes.

 Muchas herramientas pueden infiltrarse en tu vida digital, pero Pegasus es excepcionalmente potente. Puede infectar tu teléfono sin ningún signo de intrusión y extraer todo lo que tiene —cada correo electrónico, mensaje de texto, foto, cita del calendario— mientras vigila todo lo que haces con el dispositivo, en tiempo real.

 Puede grabar todas las pulsaciones del teclado, incluso cuando se utilizan aplicaciones cifradas, y vigilar a través de la cámara del teléfono o escuchar a través de su micrófono, incluso si el dispositivo parece estar apagado.

El programa se ha usado para luchar contra la delincuencia, ayudando a desarticular redes de abusos a menores y a detener a figuras célebres, como Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante conocido como el Chapo.

 Pero, una y otra vez, Pegasus también ha sido usado de manera ilegal por gobiernos con el fin de espiar y reprimir a defensores de los derechos humanos, activistas de la democracia, periodistas y otros ciudadanos que desafían la corrupción y los abusos.

 Alarmado por el uso de Pegasus para “atacar maliciosamente” a disidentes de todo el mundo, en 2021 el gobierno de Biden incluyó en su lista negra a NSO Group, la empresa israelí que fabrica el programa espía.

Poco después, el Ministerio de Defensa de Israel —que debe aprobar la exportación de Pegasus a otros países— dijo que prohibiría las ventas a naciones donde hubiera riesgo de violaciones de los derechos humanos.

Sin embargo, a pesar de las numerosas pruebas de los abusos de Pegasus en México, el gobierno israelí no ha ordenado finalizar su uso en el país, según cuatro personas que conocen los contratos para el uso de esa tecnología.

De hecho, según esas cuatro personas, el ejército mexicano no solo es el cliente más antiguo de Pegasus sino que también ha atacado más teléfonos móviles con ese programa malicioso que cualquier otra agencia gubernamental del mundo.

Además, el programa espía se sigue usando en el país, y no solo para combatir la delincuencia.

 Después de que las revelaciones del uso de Pegasus contra Los críticos del gobierno  afectaron la gestión de su predecesor, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al cargo en 2018, prometió detener las prácticas de espionaje del pasado, a las que calificó de “ilegales”.

Pero no lo hizo. Pruebas que no habían sido reveladas hasta este momento muestran que, en fechas tan recientes como la segunda mitad de 2022, Pegasus se infiltró en los teléfonos celulares de dos de los principales defensores de los derechos humanos del país, quienes brindan representación legal a las víctimas de una de las desapariciones masivas más graves en la historia de México.

 El ejército tiene un historial de abusos a los derechos humanos y su papel en esa desaparición ha sido uno de los focos de la investigación durante años. Y, a medida que en el último año han aparecido nuevas acusaciones contra los militares en el caso, ambos defensores fueron objetivo de Pegasus en repetidas ocasiones, según las pruebas forenses realizadas por Citizen Lab, un instituto de investigación con sede en la Universidad de Toronto.

El ejército mexicano es la única entidad del país que opera Pegasus en la actualidad, según las cuatro personas familiarizadas con los contratos.

 El Ministerio de Defensa israelí no quiso hacer comentarios. La Secretaría de la Defensa Nacional de México no quiso hablar sobre el reciente hackeo, pero dijo que seguía la postura del gobierno, que afirma que los procedimientos de recopilación de información de inteligencia “de ninguna manera están dirigidos” a invadir la vida privada de personalidades políticas, cívicas y de los medios de comunicación.

 Se trata de la segunda oleada de ataques contra el teléfono de Santiago Aguirre, uno de los defensores de los derechos humanos. Él también había sido objetivo de Pegasus durante el gobierno anterior, de acuerdo con Citizen Lab.

“En este gobierno, tantas promesas se hicieron de que las cosas iban a ser diferentes”, dijo Aguirre. “Nuestra primera reacción fue como decir: ‘No puede ser que otra vez estemos en la misma’”.

 Un portavoz del presidente mexicano declinó hacer comentarios. En un comunicado, NSO Group dijo que “se adhiere a una regulación estricta y no puede revelar la identidad de sus clientes”. La empresa cuestionó la contundencia de los análisis forenses de Citizen Lab, mientras que la organización dijo que no tenía dudas sobre sus conclusiones.

 Para verificar si Pegasus hackeó a los dos defensores mexicanos en los últimos meses, NSO Group dijo que necesitaría que le “dieran acceso a los datos”. Pero los defensores dijeron que no estaban dispuestos a darle al socio del espionaje gubernamental más información privada.

 Opinión.salcosga@hotmail.com

@salvadorcosio1

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