La articulación gobierno-empresa-academia, conocida como triple hélice, es casi imposible en México, donde todos desconfiamos de todos, y el mundo se inventa cada tres o seis años, según los ciclos políticos. Pero este fin de semana acaba de ocurrir en Tepic: el rehilete funcionó, funcionó bien y en un campo complicado: el arte y la cultura. Gracias a ello se llevó a cabo en la ciudad una competición de cortos cinematográficos del Desafío Buñuel México, una iniciativa que de ser constante pondrá a Tepic en el mapa de la producción del séptimo arte. Ojalá pronto se replique la experiencia en campos económicos, educativos y de innovación. No es otra cosa que hacer equipo, invertir recursos, trabajo y voluntades. Que dejemos de habitar nuestras burbujas y salgamos a cambiar las cosas. Ya se pudo.